Migaja semanal: ¿Parricidio político o acuerdo en lo oscurito?

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El nombramiento de Marko Cortés como coordinador de los diputados federales panistas, ha sido interpretado como el rompimiento –parricidio político le llaman algunos– entre Ricardo Anaya y Gustavo Madero. Columnistas y articulistas apoyan esa teoría, aunque quedan a la vista evidencias de que más que un alejamiento entre ambos personajes –con la formación de una alianza entre Madero y Rafael Moreno Valle incluida–, se trata de una verdadera puesta en escena para resguardar el control del Partido para el grupo maderista, vestido ahora con los ropajes del “chico maravilla”, y del arrinconamiento del calderonismo.

Puro teatro

Gustavo Madero declaró que no buscaba ser coordinador de los diputados federales azules. Ricardo Anaya, luego de ganar la elección interna, es visto en opinión de analistas y articulistas como testaferro del chihuahuense y se le pide una muestra de independencia. Anaya declara que no tiene dueño –además de tener cerca a Santiago Creel, también cercano a Madero– y, para quedar bien con la opinión pública, nombra a quien fue coordinador de campaña de Madero en su campaña por la reelección, Marko Cortés, como coordinador del rebaño azul en San Lázaro. Jorge Villalobos, exjefe de la oficina de la presidencia del CEN con Madero y diputado saliente, es señalado en columnas –junto con otros aliados de Madero como Ulises Ramírez y Miguel Ángel Yunes– de organizar una rebelión para que Madero sea el coordinador. Pese a las supuestas muestras en contra, Cortés es nombrado y Anaya exhibe, una vez que se resolvió el tema, su discurso anticorrupción con los senadores panistas, previo a nombrar al coordinador de esta fracción. ¿Cómo se llamó la obra?

Es claro que muchos analistas, articulistas y columnistas piensan que Ricardo Anaya dio una muestra de independencia, incluso de parricidio político, para inaugurar una nueva etapa en la vida del blanquiazul. El hecho de que muestre entre sus cercanos a personajes como Josefina Vázquez Mota o Ernesto Ruffo, ayudó en esa percepción, a la vez que se rodeó de gente joven como Juan Pablo Adame y Fernando Rodríguez Doval.

De igual forma, ayudó en ese sentido el apoyo de excalderonistas como Roberto Gil o Javier Lozano, lo cual podría repercutir en el próximo nombramiento del coordinador de los senadores panistas.

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Como estrategia, habría que reconocer que la plantearon bien, pero algunos detalles muestran que se trataría de un teatro montado para generar una imagen que no corresponde con la realidad.

En primer término, la mayor parte de los personajes que participan en el montaje son cercanos a Madero. Al expresidente del Partido le deben no sólo candidaturas, sino apoyos recibidos durante el tiempo que estuvo al frente del blanquiazul. En segundo, para mostrar una verdadera independencia, Anaya podría haber recurrido a otros nombres para designar al coordinador de los diputados federales panistas.

Algo similar ocurre con las versiones del enojo de maderistas como Ulises Ramírez o Jorge Villalobos, incluso con la de la renovada alianza entre Madero y Moreno Valle: todos los involucrados han estado jugando para el mismo equipo desde que el de Chihuahua llegó a la presidencia del PAN.

Que lo que está en el centro es la candidatura presidencial azul en 2018, disputada por el trío dinámico: Anaya, Madero y Moreno Valle, es algo que se adapta al guión establecido, pues así ninguno de los tres se lleva todos los reflectores, pero tampoco todas las críticas y el desgaste que conlleva tener dicha etiqueta a estas alturas del juego.

Lo que muchos han dejado de ver, es que las pistas del acuerdo estarían a punto de ser reveladas. Primero, este sábado 29 de agosto, con la sesión de Consejo Nacional –dominado por los maderistas– en la que se aprueba la propuesta de los integrantes de la Comisión Permanente, a lo que seguirá la ratificación o nombramiento de los secretarios del CEN, para después asistir –una vez que tomen posesión los diputados federales– al nombramiento de los coordinadores administrativos en el grupo parlamentario azul en San Lázaro. Tras esto, se podrá afirmar si hubo o no acuerdo entre Anaya y Madero y el alcance del mismo.

En lo que sí hay que felicitar al trío dinámico, es en el logro de reducir al calderonismo a su mínima expresión. La derrota de Luisa María Calderón en Michoacán y los apoyos públicos de senadores como Gil Zuarth a Anaya, los fichajes en el equipo de Moreno Valle de operadores como Maximiliano Cortázar, y el silencio de Margarita Zavala en la campaña interna, son muestras que Felipe Calderón ha perdido aliados e influencia al interior del partido que hace ya cerca de 20 años encabezó.

La cifra de sufragios recibida por Anaya, con el porcentaje de 81% de los mismos, frente a los que obtuvo Corral, dibujan la verdadera dimensión de un panismo que se achica, pues 193 mil 944 votos recibidos por el actual dirigente nacional representan el 40% de los 483 mil 824 militantes inscritos en el padrón, con el detalle que para su registro presentó 235 mil 404 firmas, lo que implica que sólo 82.3% de las mismas se tradujeron en votos para el queretano.

El segundo acto se acerca.

Migajas

Esta es una breve muestra de la forma en que analistas, columnistas o articulistas ven las primeras acciones de Ricardo Anaya como presidente del Partido, como es el caso de  Pascal Beltrán del Río y Ricardo Alemán.

Jaime López Martínez, columnista michoacano, descibe al nuevo coordinador de los diputados federales del PAN.

Alberto Núñez Esteva pregunta si el PAN volverá a ser el PAN.

Buen fin de semana.

 

@AReyesVigueras


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