La tortura en México es una de las peores facetas de nuestra sociedad y del esfuerzo que como ciudadanos hemos hecho para construir un mejor país. Si bien las causas que la explican se encuentran en la nula preparación de policías y ministerios públicos, la utilización del ejército y la Marina en tareas de seguridad pública y la impunidad –entre otras–, el discurso de partidos y legisladores se ocupa poco de este tema, con escasas propuestas, pero sumándose a la condena si la tribuna lo pide.
Panorama desolador
El tema de la tortura en nuestro país no es uno sencillo. Los estudios y diagnósticos hechos por entidades gubernamentales o de la sociedad civil apuntan en un mismo sentido: la urgente necesidad de erradicarla, pese a lo cual en medios tradicionales y digitales surgen cada día denuncias por este tipo de prácticas.
Adicionalmente, tenemos datos que indican que la batalla es algo cuesta arriba por la falta de sensibilización entre la sociedad, pues en distintos sectores poblacionales se apoya la tortura como un recurso de investigación, al igual que se valida la muerte de presuntos criminales por la sola pertenencia a un grupo delictivo. Van algunos botones de muestra.
Una encuesta realizada por la UNAM en mayo de 2011, ofreció como resultado el dato que 25% de quienes respondieron –jóvenes en su mayoría–, están de acuerdo con la tortura a personas que pertenezcan a un grupo criminal para obtener información. Asimismo, el sondeo mostró que los jóvenes de entre 15 y 19 años de edad consideran válido que las fuerzas de seguridad maten a delincuentes, pese a existir la posibilidad de presentarlos a instancias de procuración de justicia.
En octubre de 2011, Parametria llevó a cabo otra encuesta en la que 23% de los que contestaron opinó estar de acuerdo con la existencia de grupos que, al margen de la ley, maten delincuentes como los casos de ajustes de cuentas entre cárteles o supuestos vengadores o justicieros ciudadanos –Matazetas y otros.
Otro dato de este estudio explica que 35% de los encuestados piensan que los criminales tienen más posibilidades de éxito que otras personas.
Con dichos antecedentes, no es de sorprender que la encuesta dada a conocer el 17 de marzo pasado por la UNAM y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) apunte que “existe un porcentaje significativo de la sociedad mexicana (alrededor de una tercera parte) que acepta o legitima la utilización de la tortura como práctica, pese a identificar su nivel de gravedad”.
Una de las conclusiones del estudios citado no deja lugar a dudas: “aunque contemos con un marco jurídico nacional e internacional extenso sobre la proscripción de la tortura, no trascenderemos a su plena eficacia y erradicación mientras las personas no tengan conocimiento de ello y, sobre todo, la toleren o acepten como algo necesario para la obtención de ciertos fines, con lo cual la naturalizan o normalizan y crean un contexto favorable a los torturadores para continuar aplicándola en total impunidad”.
Lo verdaderamente desolador en este ámbito es que, de acuerdo a este estudio, el 60% de los mexicanos justifica el uso de la tortura cuando la persona haya cometido un delito de violación sexual, además de que “43.3% de los mexicanos opina que la tortura es un método para lograr que la gente ‘diga la verdad'”, según informó el portal Animal Político.
Dicho medio destaca que “Incluso –apunta la CEAV-, puede resultar muy preocupante que entre dos y tres entrevistadas o entrevistados consideren aceptable torturar a quienes perpetran los delitos patrimoniales más frecuentes, como el caso del robo. Es decir, prácticamente cualquier persona bajo la categoría ‘delincuente’ es vista como alguien que aceptablemente puede ser torturada por más de una cuarta parte de la población”.
¿Qué han hecho nuestros legisladores en este campo en materia de iniciativas de ley? En cuanto a la Cámara de Diputados, el trabajo realizado en el Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer Año de Ejercicio de la LXIII Legislatura, no se abordó el tema mediante alguna propuesta. Por su parte los Senadores tampoco abordó dicha temática en alguna iniciativa presentada por sus integrantes. Pero cuando tienen una grabadora enfrente, o en sus redes sociales, la condenan sin dudar a pregunta expresa.
Es así que seguiremos hablando de este tema por décadas quizá, si no se comienza a profesionalizar a las policías, a la par que se comiencen a dar campañas para que sea la propia población la que rechace este tipo de prácticas y se refuercen los programas sociales que puedan a desincentivar la delincuencia.
Del tintero
Otro botón para preocuparnos. 21% de los mexicanos cree que la discriminación es parte de la naturaleza humana –que puede considerarse normal, pues–, de acuerdo a una encuesta de Parametria realizada este mes.
Un día como hoy, 29 de marzo, se recuerda en Chile el caso de la muerte de los hermanos Eduardo y Rafael Vergara, miembros del MIR, así como de la desaparición, tortura y muerte de otras tres personas, el caso Degollado, que daría pie a la creación del Día del Joven Combatiente.
Twitter: @AReyesVigueras
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