El Cambio Climático en Código Rojo Mundial

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Por: Rafael Morgan

En 2015, se llevó a cabo la reunión mundial sobre cambio climático que se denominó Acuerdo Climático de París, en el cual los principales países del mundo y decenas de países más, se comprometieron, México entre ellos, en reducir el consumo de combustibles fósiles y la deforestación para limitar el aumento en la temperatura global a 1.5 grados Celsius para la década de 2040, pero todo indica que ese aumento de 1.5 grados se alcanzará en la década de 2030.

El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático reunido en Ginebra este mes, emitió su informe que fue aprobado y adoptado por 195 naciones, mismo que el Secretario General de la ONU, Antonio Gutiérrez calificó como “un Código Rojo para la humanidad”.

La científica Linda Mearns, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica sentenció que “no hay un lugar para esconderse…” pues las cosas han estado empeorando aceleradamente. Se están presentando cada vez más deshielos de los polos y los glaciares, aumentando el nivel de los mares que hasta la fecha se calcula en 20 cm, pero con un aumento en la temperatura de más de 1.5 grados o hasta de 2 grados, el mar subiría medio metro más para 2100 (véase Reforma del 10 de agosto).

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Se observan inundaciones en casi todo el mundo por tormentas, huracanes y lluvias torrenciales fuera de serie como nunca en China, Alemania, Estados Unidos y muchos otros países.

Los incendios forestales en la Amazonia, en Turquía, Australia, Siberia, Grecia y en Estados Unidos, por las tremendas sequías que se sufren, son la contraparte de las inundaciones y una prueba más del desequilibrio del clima a nivel global. Los incendios en la Isla de Eubea, Grecia, han “borrado” la tercera parte de la Isla. Se están destruyendo los corales por la contaminación de los mares, así como los manglares que protegen litorales y costas contra huracanes, absorben bióxido de carbono y ayudan en la pesca y la biodiversidad.

La respuesta más rápida es pasar de las energías fósiles a las energías limpias en los siguientes 10 años y aun así, hay ya consecuencias irreversibles por cientos de años. Todavía se puede evitar un mayor calentamiento con el esfuerzo mundial para detener y estabilizar el calentamiento en 1.5 grados para 2050. Según la Organización Meteorológica Mundial, la concentración de CO2 en la atmósfera ya supera 410 partes por millón, aumentando 0.53% en un año y se teme que en 2021 ascienda otros 0.90%.

En noviembre se celebrará la Cumbre Climática COP26 en Glasgow, Reino Unido en la que se tomarán los acuerdos y compromisos que decidirán definitivamente si este planeta sobrevive o se llega al “punto de no retorno”, cuando la temperatura supere los 3 y 4 grados.

México, por su parte, está considerado dentro de los 15 países más contaminantes y Pemex es la décima petrolera más contaminante, se calcula que arroja a la atmósfera 493 mil millones de toneladas de CO2.

México pasó del lugar 25 al 32 en el Índice de Desempeño Frente al Cambio Climático y hasta la fecha el régimen de López Obrador no sólo pretende aumentar el consumo de combustibles fósiles, sino que está obstaculizando y cancelando contratos para producir energías limpias, se construye otra refinería, la de Dos Bocas en Tabasco y se compra el 50% de otra refinería en Estados Unidos.

Pemex sigue arrojando gas a la atmósfera, pues no lo puede aprovechar y sigue produciendo grandes cantidades de combustóleo que, al no poder colocar en el mercado internacional, se lo vende a la CFE que además sigue utilizando carbón, generando enormes cantidades de gases de efecto invernadero.

Se siguen sufriendo incendios en los bosques de Jalisco, Q. Roo y otros estados por la sequía, pero otros incendios son premeditados para sembrar, urbanizar o para aprovechamiento industrial.

El tren maya está destruyendo cientos de hectáreas de selva en Tabasco, Yucatán y Chiapas, destruyendo también la biodiversidad de flora y fauna.

La agricultura con riego por gravedad agota las reservas de agua de presas, ríos, lagos y mantos acuíferos renovables y no renovables.

La agricultura sin control sigue contaminando suelos, mares y reservas acuíferas con el uso de insecticidas, pesticidas y fumigantes prohibidos.

Los pescadores siguen sin respetar la veda y las especies protegidas y además utilizan artes prohibidas para pescar.

Así, México difícilmente podrá cumplir sus compromisos en el Acuerdo de París y todo indica que ésta es otra batalla perdida como la de la violencia, el huachicol y los migrantes.


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