La violencia familiar en México sigue siendo un problema grave que afecta a miles de hogares cada año. De acuerdo con los datos más recientes proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y analizados por TResearch International, en marzo de 2025 se registraron 20,684 denuncias por violencia familiar, lo que representa una reducción del 4% en comparación con el mismo mes del año anterior. Aunque este descenso es un signo positivo, el fenómeno sigue teniendo una incidencia significativa en todo el país.
Durante el sexenio de la actual administración encabezada por Claudia Sheinbaum, se han denunciado 63,544 casos de violencia familiar, lo que refleja un promedio mensual elevado. En 2024, el total de denuncias llegó a las 278,282, cifra menor a las 284,203 reportadas en 2023, lo que indica una tendencia descendente pero aún preocupante.
Las entidades federativas que concentran el mayor número de casos son la Ciudad de México (CDMX), el Estado de México (Edomex) y Nuevo León, los cuales juntos acumulan cerca del 30% de todas las denuncias a nivel nacional. Estas zonas urbanas suelen tener mayores índices de conflictos intrafamiliares debido a factores como el estrés económico, la sobrepoblación y la desintegración social.
Por otro lado, cuando se analizan las denuncias en proporción a la población, los estados que destacan son Colima, Coahuila y Baja California Sur (BCS), los cuales lideran el ranking en número de casos por cada millón de habitantes. Esto sugiere que, aunque no sean las entidades con más registros absolutos, la problemática tiene un impacto proporcionalmente mayor en estas regiones.
Los datos históricos desde 2015 muestran que la violencia familiar ha mantenido una trayectoria ascendente hasta 2023, para luego experimentar una leve disminución en 2024 y continuar con una tendencia a la baja en los primeros meses de 2025. Sin embargo, esto no debe llevar a un relajamiento en las políticas públicas ni en la atención oportuna a las víctimas.
El informe también revela que, en términos mensuales, marzo siempre ha sido un mes crítico. Por ejemplo, en marzo de 2024 se reportaron 21,621 denuncias, mientras que en marzo de 2025 bajó a 20,684, una reducción del 4%. Este tipo de análisis permite a las autoridades planear operativos preventivos y reforzar la atención en periodos clave.
A pesar de los avances, persisten grandes retos. La subnotificación sigue siendo un problema real, ya que muchas víctimas no acuden a denunciar por miedo, estigma o falta de confianza en las instituciones. Es fundamental fortalecer los mecanismos de apoyo psicológico, legal y social, así como campañas de sensibilización para romper el silencio.
En conclusión, si bien hay indicios de mejora en la lucha contra la violencia familiar, México sigue enfrentando una crisis que exige atención inmediata y acciones coordinadas entre gobierno, sociedad civil y organismos internacionales. La seguridad empieza en casa, y garantizar entornos familiares sanos es un reto colectivo que no puede postergarse.
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