Claudia Sheinbaum llegó al poder con un solo mandato: obedecer y sobrevivir. Pero lo que no le dijeron es que no hay forma de sobrevivir cuando gobiernas sobre un campo minado. Hoy, con la guerra comercial contra Estados Unidos declarada y con Donald Trump apretando el puño, Sheinbaum enfrenta lo que nunca estuvo preparada para enfrentar: la realidad.
El mitin que se convirtió en festival: la celebración de la derrota
Inicialmente, Sheinbaum convocó a un mitin en el Zócalo el próximo domingo. Sería, decía, para anunciar la respuesta de México a los aranceles que Trump impuso a productos mexicanos. Se esperaba un discurso firme, la construcción de una narrativa de resistencia patriótica y un llamado a la unidad nacional.
Pero tras una llamada con Trump, en la que acordaron una “pausa” en los aranceles hasta el 2 de abril, Sheinbaum cambió de planes. El mitin de dignidad nacional ahora será un festival de grupos musicales, baile y verbena popular para “celebrar” el acuerdo alcanzado.
¿A cambio de qué se consiguieron esos 28 días de gracia?
¿Cuántos narcos tendrá que entregar Sheinbaum para que Trump le perdone la cabeza?
¿Y los narcos, cuántas traiciones más le van a aguantar a la presidenta?
No hay política exterior, no hay estrategia comercial, no hay defensa de la soberanía. Hay mariachis.
Se les puede pagar a mariachis y grupos musicales, pero no se les pueden comprar medicinas a las mujeres y niños con cáncer. Ese es el mensaje de la 4T: la fiesta es primero, la vida de los mexicanos después.
Muy pronto, sabremos por boca del mismo Trump qué tan fácil fue doblegar a la marioneta de AMLO.
La guerra comercial y el fin del cuento
El sueño de la «4T» de convertir a México en ejemplo mundial se terminó en cuanto Trump anunció aranceles masivos. De nada sirvieron los abrazos, las sonrisas falsas y las promesas de cooperación. Trump no negocia con gobiernos débiles. Y Sheinbaum es exactamente eso: una presidenta sin respaldo, sin experiencia y sin credibilidad.
Hoy, ante el derrumbe económico que ya asoma, Sheinbaum pide unidad nacional. Lo hace no por patriotismo, sino porque sabe que su propio gobierno se desmorona desde adentro. Cada facción de Morena jala para su lado, cada gobernador hace sus pactos locales, y la estructura política que AMLO construyó empieza a colapsar bajo el peso de su propia corrupción e incompetencia.
Narcos y traiciones: la factura impagable
Pero hay un miedo que Sheinbaum no se atreve a confesar en público: el miedo al narco.
Durante todo el sexenio de López Obrador, se pactó con los cárteles, se les dio control de territorios completos y se les permitió infiltrar gobiernos estatales y municipales. En el discurso, eran «pueblos con historia», pero en los hechos, eran plazas rentadas al crimen.
Hoy, con Trump exigiendo resultados reales en seguridad, Sheinbaum se ve obligada a romper esos pactos. Y los cárteles no son famosos por perdonar traiciones. Sheinbaum no solo teme la caída de su gobierno: teme convertirse en el blanco directo de las organizaciones criminales que ayudaron a encumbrar a la 4T.
Petróleo con agua: el fraude que se advirtió (y nadie escuchó)
No hay que olvidar que hace años, en este mismo espacio, se denunció que México estaba vendiendo petróleo con agua, adulterando crudo para maquillar las cifras de exportación.
Hoy, esa trampa revienta en la cara de Sheinbaum:
– Las exportaciones petroleras se desploman.
– Los clientes internacionales reclaman.
– Y Pemex, lejos de ser el pilar de la soberanía energética, es el símbolo mundial de la corrupción y la ineptitud.
Con el petróleo como estandarte de la 4T, y ahora convertido en prueba irrefutable de fraude y simulación, Sheinbaum se queda sin discurso, sin ingresos y sin margen de maniobra.
El IMSS, ISSSTE y el genocidio silencioso
Mientras Sheinbaum pide unidad, las mujeres con cáncer siguen muriendo en los pasillos del IMSS, del ISSSTE y de cada hospital público de este país.
– No hay medicamentos.
– No hay tratamientos.
– No hay médicos suficientes.
Lo que sí hay son discursos, informes maquillados y propaganda pagada.
Cada mujer muerta por falta de medicamentos es un monumento a la traición de la 4T a las mexicanas.
Cada niño sin tratamiento es la verdadera cara de la Cuarta Transformación.
Cada familia abandonada en hospitales sin equipo es el precio real de un régimen que prefirió comprar votos que salvar vidas.
Morena: la guerra interna que define el futuro
El colapso no solo viene de afuera. Adentro de Morena, los cuchillos están desenfundados.
– Gobernadores contra alcaldes.
– Senadores contra diputados.
– Líderes regionales haciendo sus propios tratos.
– Y detrás de todo, el fantasma de un AMLO que ya no tiene el poder de ordenar, pero sigue teniendo el ego para querer controlar.
Sheinbaum no gobierna: sobrevive entre pleitos internos, traiciones y complots. Cada día es una batalla no por mejorar al país, sino por no ser devorada por su propio partido.
Los muertos de cada día: el legado imborrable
El saldo final de la 4T no se mide en discursos. Se mide en cuerpos.
– Cuerpos de mujeres muertas por falta de medicamentos.
– Cuerpos de niños que murieron porque no había camas, ni equipo, ni doctores.
– Cuerpos de jóvenes asesinados por el crimen organizado que creció con la complicidad del Estado.
– Cuerpos de migrantes atrapados entre las balas de cárteles y la indiferencia de un gobierno que solo los ve como moneda de cambio.
Cada día que pasa, el número de muertos crece. Y cada día, la 4T gasta más dinero en decir que todo está bien… y lo dice con mariachis.
El futuro ya se cocina y sabe a traición
Sheinbaum no gobierna. Sheinbaum sobrevive.
Y un gobierno que solo sobrevive, es un gobierno que ya perdió.
La guerra comercial ya empezó.
La guerra por el futuro de México es despiadada y los más pobres son las primeras víctimas:
– De los más pobres salen la mayoría de los muertos.
– Son los que no pueden pagar medicinas.
– Son los que abandonan sus tierras por miedo al narco y al gobierno.
– Son los jóvenes reclutados a la fuerza como carne de cañón para después aparecer asesinados en fosas o colgados en puentes.
Pero esta vez, los traidores de la 4T festejan el fracaso con mariachis.
Pero ya no pueden esconderse.
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