Problemas con los aliados

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Cuando los gobernantes llegan como facción y no como líderes de países, confunden el poder y creen que es una tribuna de batalla. Contra otros países, a favor de aliados, criticando, opinando y atacando. Claudia Sheinbaum ya no sabe para donde voltear y aunque su equipo ha manejado de forma decente la relación con Estados Unidos, cuando un presidente habla por una parte y no por todo México va a chocar con sus propias palabras y ya está pasando. Algunos comentarios al respecto: 

  • Para empezar, la palabra “soberanía” y la expresión “no intervencionismo” por lo visto tienen varios significados distintos para Claudia Sheinbaum, porque felicitar a María Corina Machado es contrario a la soberanía, pero hablar mal de Ecuador, de los expresidentes de Perú, del resultado en Bolivia, o de Pam Bondi no. Curiosa su polisemia a conveniencia. 
  • Morena presume un supuesto espíritu latinoamericanista, pero su cercanía con gobiernos como el de Venezuela Cuba no tiene nada que ver con solidaridad continental y todo que ver con la admiración por el poder autoritario. El régimen venezolano ha destruido la democracia, multiplicado la pobreza, generado una crisis migratoria de millones de personas y encarcelado opositores. ¿Eso es lo que se admira? ¿Eso es el modelo? ¿Esa es la soberanía que hay que respetar?
  • Cuba, que los ignorantes ven como símbolo del romanticismo revolucionario, es una dictadura anacrónica, donde no hay libertad de expresión, ni de prensa, ni de asociación, y donde la miseria es política de Estado. Morena no sólo aplaude al régimen cubano, sino que lo financia: médicos cubanos pagados con sobreprecio, giras diplomáticas, apoyos ocultos y un silencio cómplice ante la represión del pueblo cubano. Pero eso sí, les mandamos petróleo barato (sino es que regalado).
  • Nicaragua, otro “aliado” de Morena, es el ejemplo perfecto del totalitarismo en el siglo XXI: elecciones falsas, universidades cerradas, sacerdotes expulsados y toda una nación secuestrada por un matrimonio en el poder. López Obrador y Sheinbaum no sólo no condenaron a Ortega, lo defienden, lo justifican y lo convierten en ejemplo. ¿Qué nos dice eso del tipo de democracia que quiere construir?
  • Morena ha replicado uno de los sellos del chavismo: construir una élite política bajo el discurso de la pobreza. Mientras se reparten apoyos clientelares con fines electorales, los hijos del poder viajan en jets privados, se hospedan en hoteles de lujo y se hacen millonarios con contratos públicos. Ya lo vimos en Venezuela, ya lo vemos en México… Sabemos en donde está hoy Venezuela ¿ahí queremos estar en unos años?
  • El martes 21 de octubre se dice que hubo una reunión entre Juan Ramón de la Fuente y Marco Rubio, en el que se le dijo al canciller que la ofensiva contra Maduro se intensificaría y le pidió abiertamente al canciller que México se aleje de Caracas. A ver qué pasa. 
  • Pero VenezuelaCuba y Nicaragua son ejemplos de pésimos aliados, pero hay uno peor que es interno e incluso me atrevería a decir que ya acabó con Morena: el crimen organizado. No sólo influyen en campañas, dominan comunidades, municipios y hasta estados enteros. Espacios controlados por el narco, elecciones vigiladas por halcones, asesinatos de candidatos y funcionarios, e impunidad garantizada desde Palacio Nacional. El Estado de derecho no sólo se debilita, de plano se ha rendido. Hace dos semanas Reuters publicó que 50 morenistas connotados (incluyendo algunos gobernadores) les retiraron la Visa, es clarísimo lo que pasa en Baja California, Sinaloa, Tamaulipas, Guerrero y no sé cuántos estados más, el coordinador de los senadores de Morena tiene señalamientos claros y ahora hasta dicen que pedirán licencia algunos legisladores. 

La política exterior no es una ocurrencia ni una bandera ideológica: es una herramienta para proteger el interés nacional. Cuando Morena se alía con regímenes autoritarios y criminales, no sólo pone en riesgo la reputación de México, también compromete nuestra soberanía (aquí sí aplica la palabra), nuestras instituciones y nuestro futuro.

Ninguna “revolución bolivariana” ha traído justicia, ningún pacto con el narco ha traído paz, ninguna dictadura ha traído desarrollo. Pero Morena insiste en acercarse a lo peor del mundo, porque lo peor es precisamente su espejo.