¡Órale, México! La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cerró sus últimas sesiones con la solemnidad de un funeral y el drama de una telenovela. Se fue una era del Poder Judicial que, aunque no era la octava maravilla, al menos intentaba mantener la balanza recta y no se doblaba tan fácil ante los caprichos del poder. Pero, como dice el dicho, “el que no transa, no avanza”, y parece que la nueva Corte llega con la misión de ajustar cuentas, según dejó caer Beatriz Gutiérrez Müller en un comentario que luego quiso borrar, pero que ya todos vimos. ¡Ay, Beatriz, el internet no olvida!
En X, el chisme está que arde. Los tuiteros no se guardan nada: “El nuevo Poder Judicial es el Santo Oficio de la 4T”, dice @lau_strella, mientras @ClaudioMercadoR apunta que Gutiérrez Müller destapó la cloaca con un tuit que gritaba “venganza” más alto que el mariachi en el Zócalo. La carta que mandó a los medios, según @SanCa1665054, era un recado claro: el nuevo sistema judicial será un garrote para quienes se atrevan a cuestionar al régimen. Y aunque intentó recular borrando el tuit, el mensaje caló hondo: la justicia ahora será un arma de la clase política para saldar deudas.
La SCJN, con sus defectos, era un contrapeso. Sí, a veces lenta, a veces elitista, pero no se dejaba mangonear tan fácil. Ahora, con la reforma judicial impulsada por AMLO y ejecutada por Sheinbaum, el panorama pinta guinda. Hugo Aguilar, el nuevo presidente electo con 6.2 millones de votos, promete una justicia “intercultural” y sin “clasismo”. Suena bonito, pero en redes muchos sospechan que es un títere de Morena, listo para alinear la Corte con los deseos del Ejecutivo. La participación del 13% en las elecciones judiciales no ayuda a legitimar el proceso, y las 180 impugnaciones por irregularidades, según la BBC, gritan que algo huele mal.
Mientras, en el adiós de la Primera Sala, el ministro Pardo Rebolledo soltó un “nos vamos intactos” que sonó a despedida digna, pero también a lamento por lo que viene. Porque, ¿qué sigue? Una Corte que, según los rumores en X, podría ser más un instrumento de revancha que un garante de justicia. Como dice el pueblo, “cuando el río suena, agua lleva”, y aquí el agua parece venir con ganas de ajustar cuentas. Así que, amigos, agárrense, porque la justicia en México está a punto de ponerse bien interesante… o bien gandalla.
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