En el circo de la política mexicana, donde los trapecios son de promesas y las redes de seguridad de puro compadrazgo, Dolores Padierna se llevó un resbalón épico. La morenista, con más colmillo que un caimán, aspiraba a la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, pero ¡zas! Le sacaron las fotos del archivo polvoriento de su esposo, René Bejarano, el famoso “Señor de las Ligas”. Esas imágenes de 2004, donde Bejarano se llenaba los bolsillos con billetes como si fueran tacos de suadero, fueron el clavo en el ataúd de las ambiciones de Padierna. En Morena, parece que no todos comulgan con la pareja que lleva décadas jugando a la izquierda mientras amasan poder y billetes.
El cotorreo en la reunión de Morena fue de antología. Mientras unos querían a Padierna en la Mesa Directiva, otros sacaron la artillería pesada: “¿Qué tal si recordamos cuando René guardaba lana en maletines?”. ¡Pum! La discusión se convirtió en un mercado de chismes, y la exjefa delegacional de Cuauhtémoc quedó fuera de la jugada. No es que a Padierna le falte experiencia; la señora ha sido diputada, senadora y hasta lideresa de damnificados del 85. Pero su sombra, y la de Bejarano, huele a clientelismo, taxis pirata y negocios turbios que no pasan el filtro ni del más chairo de la 4T.
Y es que el matrimonio Bejarano-Padierna es como el pozolito de la política: siempre está en la mesa, pero no todos quieren probarlo. Desde que René fue grabado recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada, y aunque salió libre en 2005, el estigma les pega como chicle en el zapato. Padierna, con su historial de mover masas y favores, no se libra de las sospechas de corrupción que la persiguen como mosca a tamal. En Morena, donde la pureza ideológica es más un mito que una realidad, este episodio muestra que hasta entre los suyos hay quienes prefieren mantenerla a raya.
El chisme no para ahí. Ricardo Monreal, otro peso pesado, ha tenido sus roces con la pareja, y no es secreto que en la Cuauhtémoc se cuecen habas políticas. La salida de Padierna de la contienda por la vicepresidencia es una cachetada con guante blanco: “Aquí no, comadre”. Mientras, en las redes, el pueblo ya hace memes con Bejarano y sus ligas, recordándonos que en la política mexicana, el pasado siempre te alcanza. ¿Logrará Padierna levantarse? Con su colmillo, seguro lo intenta, pero por ahora, el ring de Morena le dio un gancho al hígado.
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