Uno de los espectáculos que podremos apreciar los mexicanos los siguientes años serán los pleitos en Morena. En efecto, el partido en el poder ya comenzó a dar de qué hablar. Mucho poder está muy bien. Es lo que ganaron. Pero mucho poder son también muchos problemas y eso, inevitablemente, va en el paquete.
Una vez concluidos los primeros ejercicios de gobierno (en la Presidencia y en la mayoría de los estados) la repetición de candidatos ganadores por parte del partido oficial en los gobiernos ha sido la tónica. Esta situación afecta el discurso morenista de culpar al pasado de casi todo lo que sucede porque, el pasado ya son ellos. Señalar a las administraciones pasadas, los incluye, no hay manera de hacerse a un lado. Se podrán encubrir o extorsionar, pero si hay faltante en la caja de gobierno, es obvio que los de las uñas largas son los que se fueron, es decir sus compañeros de partido.
Mientras tanto, el senador Adán Augusto López se paseó muy feliz con los Yunes de la ignominia por las instalaciones senatoriales al tiempo que se anunciaba que a Yunes hijo le daban la presidencia de la Comisión de Hacienda en el Senado. Por supuesto esto ha desatado comentarios por todos lados. Es claro que en Morena, los incentivos están en distintos lados y que cada quien trae los suyos. Adán Augusto manda en el Senado y ahí no hay quien le diga nada. Para algunos resulta ya alarmante el nivel de triunfo y descaro que tienen los corruptos en el partido oficial. Para otros es simplemente un paso más en la reconfiguración de Morena como el PRI de los setenta.
No hay sorpresa ¿o qué pensaban que llegaría después de Bartlett?
@juanizavala
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