¡Órale! ¡Qué chismecito tan jugoso soltó el subsecretario de Gobernación, el buen César Yáñez! Resulta que al hijo del mismísimo Presidente, Andy López Beltrán, lo cacharon en pleno hotel de lujo en Japón. Y no crean que se iba a comprar un anime o a turistear en Kioto, ¡no señor! A alguien le pareció que era cosa de espionaje. ¡Ajá! ¿Y quién le va a creer a César Yáñez, que salió con la puntada de que «pareciera espionaje», en especial si consideramos que los gobiernos, que por algo será, son los que tienen los mejores equipos de espionaje?
Ay, mi César, se nota que te duermes con las botas puestas. O sea, ¿cómo que «pareciera espionaje»? ¿Y tú, no eres parte del gobierno que tiene los mejores equipos para espiar? ¿No que «el que nada debe, nada teme»? ¿A poco el Andy tiene algo que esconder? O peor aún, ¿a poco el «fuego amigo» está más encendido que el sol a mediodía?
A ver, no nos hagamos tontos. El subsecretario abrió la puerta para que preguntemos «quién tiene los recursos» para hacerle el jale al Andy, como si el gobierno, que es el que se supone que tiene la lana, fuera el único que puede espiar. ¡Y luego eso de que puede ser «fuego amigo»! ¡Qué chulada de declaración! Como si el mismísimo presidente López Obrador no tuviera a su gente, y de la buena, para echarse un «quién es quién» de los espías.
Y ahora, con esta declaración, el subsecretario nos dejó más dudas que certezas. ¿Quién está espiando a quién? ¿Los de la 4T están peleados entre sí? ¿Será que hay más de una facción? O de plano, ¿es puro cotorreo para despistar?
La neta, la neta, no sabemos si el subsecretario nos está albureando o si de plano ya se le cruzaron los cables. Lo que sí sabemos es que en este circo de la política mexicana, un viaje a Japón puede ser tan peligroso como un día de campo en Culiacán.
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