Nueva York, 8 de diciembre del 2014.- Durante esta semana, un grupo de legisladores mexicanos tuvimos la oportunidad de participar en Cumbre Transatlántica de Representantes Políticos y Sociales, realizada en el marco del XX Aniversario del Año Internacional de la Familia.
Este evento reúne a representantes de 39 naciones de todo el mundo, políticos, legisladores y funcionarios que, con el tema de la familia, exponen las circunstancias que vive cada uno de sus países a fin de construir un diagnóstico a nivel mundial.
En resumen, quienes participamos en esta cumbre coincidimos en que estamos verdaderamente preocupados por las políticas públicas que se han impulsado en diferentes regiones, pues muchas de ellas no tienen ni toman en cuenta a la familia como una célula de cohesión y unidad del tejido social.
En la Cumbre, tuvimos la oportunidad de escuchar propuestas, conocer diagnósticos y compartir expresiones de preocupación por el retroceso en la construcción de leyes que no prevén el cuidado de la familia y tienden a la desunión.
Es necesario promover, desde las políticas públicas, el establecimiento de compromisos para dar valor, proteger y promover los derechos internacionales de la familia, incluyendo los de padres e hijos.
Es por ello que nos sumamos a la petición que representantes políticos de estos 39 países le entregamos al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon, durante la reunión sostenida en la Cumbre.
En el manifiesto, expresamos nuestra preocupación. En el mundo persiste la sistemática violación a los derechos de los padres, las madres y la familia y es urgente frenar y revertir esa situación. Esto sólo se logrará a través de políticas públicas y legislaciones que impulsen los Estados, de lo contrario, las sociedades modernas seguirán padeciendo sus consecuencias.
Durante este encuentro, al que asistieron más de 200 dirigentes políticos, investigadores, intelectuales y dirigentes sociales se expuso la urgencia de incorporar el fortalecimiento y la protección de la familia natural, la formada por padre, madre e hijos, como parte de los retos del milenio.
Los participantes externamos al Secretario General de la ONU la preocupación por la falta de inclusión de la protección de los valores de la familia en las deliberaciones del organismo en la agenda de desarrollo sostenible después de 2015.
Creo que éste es un elemento que no puede dejarse de lado. El concepto de familia, integral, como unidad funcional de la sociedad y cimiento de una sociedad organizada, debe ser punto central para el desarrollo de políticas públicas. Esto debe ser un eje central por el cual pasan, de manera transversal las decisiones públicas o de quienes nos gobiernan.
Los políticos participantes redactamos la Declaración de los Derechos de la Familia en la que se establece el compromiso político de dar valor, proteger y promover los derechos internacionales de la familia, incluyendo los de los padres y los de los hijos, con pleno respeto de la ley, documento que acordamos sea difundido con este mismo mensaje en cada uno de los países de los políticos firmantes.
La familia, basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer es la unidad natural y fundamental de la sociedad y merece la protección por parte de la sociedad y del Estado, pues está demostrado que es el principal motor del desarrollo económico y social sostenible en todo el mundo.
En la sede de las Naciones Unidas, el ministro de Recursos Humanos y miembro de la Asamblea Nacional de Hungría, Zoltan Balog, advirtió sobre una tendencia para “desfamiliarizar” las políticas públicas, lo que lleva a la desintegración social, en vez de reforzarla mediante el diálogo público y la educación.
Los líderes políticos ratificamos nuestro apoyo y respeto a los derechos internacionales de la familia y, en consecuencia, reconocimos su responsabilidad para que estos derechos y fundamentos antropológicos sean respetados.
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