La tensión entre la libertad de expresión y la respuesta de las autoridades se ha intensificado en las universidades de Estados Unidos, donde los estudiantes han sido arrestados, suspendidos e incluso expulsados por participar en protestas en solidaridad con Gaza.
Maryam Alwan, estudiante de Literatura Comparada y Sociedad en la Universidad de Columbia, se encontró en el epicentro de esta controversia. Después de ser arrestada en el “Campamento de Solidaridad con Gaza” en su campus, recibió una notificación de suspensión que dejó su futuro académico en el limbo. Ella y decenas de otros estudiantes enfrentan incertidumbre: ¿podrán presentar exámenes finales? ¿Qué pasará con su ayuda financiera? ¿Podrán graduarse?
La Universidad de Barnard, afiliada a Columbia, suspendió a más de 50 estudiantes y los desalojó de sus dormitorios después de los arrestos. Aunque algunos estudiantes han recuperado el acceso al campus, muchos siguen bajo vigilancia y en periodo de prueba.
La situación es similar en otras instituciones. En la Universidad de Yale, más de 40 estudiantes fueron arrestados en manifestaciones, lo que ha generado preocupaciones sobre su futuro académico y legal.
Esta represión ha suscitado críticas generalizadas. Más de 100 profesores de Barnard y Columbia se unieron para exigir que se levanten las suspensiones y se respete la libertad de expresión de los estudiantes. Sin embargo, las autoridades universitarias siguen luchando por mantener el orden antes de las ceremonias de graduación.
El conflicto entre Israel y Hamás ha generado un debate acalorado en el campus, con algunos discursos de odio y amenazas antisemitas. Sin embargo, los estudiantes argumentan que la solidaridad con Palestina es una cuestión de derechos humanos, no de política partidista.
La respuesta de las universidades ha sido desigual. Mientras algunas han optado por el diálogo y la reconciliación, otras han adoptado medidas severas, incluidas expulsiones y suspensiones.
En este clima tenso, los estudiantes se enfrentan a desafíos adicionales. Para los estudiantes internacionales, la suspensión puede significar la pérdida de su visa y la interrupción de sus planes de estudio en Estados Unidos.
A medida que la controversia continúa, queda claro que la libertad de expresión sigue siendo un tema candente en las universidades de Estados Unidos. Los estudiantes están decididos a luchar por sus derechos, incluso si eso significa enfrentarse a las autoridades universitarias y al sistema judicial.
Con información de AP y Jocelyn Gecker.
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