Queridos lectores, agárrense, porque el circo político en México está que arde y las redes sociales son el escenario donde se lanzan los dardos más filosos. Esta semana, el diputado panista Jorge Triana soltó una bomba en X que no pasó desapercibida: según él, ver a Gerardo Fernández Noroña, nuestro querido “Noroña”, defendiendo su derecho a darse la gran vida con lujos y excesos, es la prueba reina de que el régimen de la 4T está moralmente derrotado. ¡Zas! Pero, como en toda telenovela, hay otro lado de la moneda: Luisa María Alcalde, la presidenta de Morena, no se cansa de repetir que la oposición es la que lleva la derrota moral colgada del cuello. Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿O todos están hundidos en el mismo lodo? Vamos a desmenuzar los rumores y lo que se dice en el bajo mundo de las redes.
Por un lado, Triana no es nuevo en esto de tirar pedradas. En X, su post del 3 de julio causó revuelo al señalar que Noroña, con su estilo de vida que parece gritar “austeridad, ¿qué es eso?”, es la viva imagen de la hipocresía de Morena. Los usuarios no se quedaron callados: algunos aplaudieron la puntada, diciendo que la 4T predica pobreza mientras sus líderes se dan gustos de magnate. Otros, más leales a Noroña, lo defendieron a capa y espada, diciendo que el hombre tiene derecho a gastar su lana como quiera, y que Triana solo está buscando reflectores. Entre los comentarios, hubo quien recordó aquel pleito en San Lázaro en 2021, donde Noroña y Triana casi se van a los golpes por el apodo de “Changoleón Legislativo”. ¡Vaya que saben guardar rencores!
Mientras tanto, Luisa María Alcalde sigue con su mantra de que la oposición está moralmente acabada. En X, los morenistas respaldan su narrativa, diciendo que el PAN, PRI y PRD son un “mazacote” sin rumbo, como lo llamó Noroña alguna vez. Pero, ojo, porque en redes también hay quienes le dan la vuelta al argumento: si Morena critica a la oposición por sus fallas éticas, ¿cómo explican los tropiezos de sus propias figuras? Desde los viajes en clase business de Noroña hasta las acusaciones de oportunismo en las filas morenistas, los tuiteros no perdonan. “Todos tienen su cola que les pisen”, escribió un usuario, y parece que nadie se salva.
Lo que se murmura en el ciberespacio es que esta guerra de “derrotas morales” no es más que un juego de espejos. Unos dicen que Morena se traiciona a sí misma con sus contradicciones; otros, que la oposición no tiene autoridad para señalar cuando su historial está lleno de manchas. ¿La verdad? Esto parece un empate técnico: todos los partidos cargan su cruz moral, y el pueblo, como siempre, es el que paga los platos rotos.
There is no ads to display, Please add some