En menos de una semana se ha confirmado lo que pronosticamos en nuestro artículo anterior, en el que advertíamos que debido a su perfil psicológico Donald J. Trump comenzaría una purga dentro de las filas de su propio gobierno. La primera cabeza ya ha caído y más de 100 se encuentran en el cadalso que Trump ha instalado en la Casa Blanca.
La primera víctima de los desvaríos de Trump es la Fiscal General de los Estados Unidos, quien fue acusada –vea usted lo tremendista de ésta–, de traición, si leyó usted bien, Trump al más puro estilo de Nicolás Maduro acusa a Sally Yates de traicionarlo, después de que cuestionara la Orden Ejecutiva que el sociópata firmara prohibiendo temporalmente la entrada a los Estados Unidos de ciudadanos provenientes de Irán, Irak, Siria, Somalia, Libia y Yemen.
En forma breve la historia es la siguiente:
Donald Trump al firmar la Orden Ejecutiva, que se aplicó de inmediato, generó en todos los aeropuertos de los Estados Unidos, y muchos del mundo, problemas serios ya que miles de pasajeros procedentes de los países vetados por la Orden Ejecutiva y que pretendían regresar a los Estados Unidos se vieron varados en los aeropuertos porque se les impedía ingresar a suelo americano y se les obligaba a regresar al país de donde venían, o bien se les impedía abordar los vuelos con destino a la Unión Americana.
Esta Orden generó multitudinarias protestas en todos los aeropuertos estadunidenses y poco tiempo después un juez federal echo abajo parcialmente dicha prohibición.
La encargada de defender al gobierno, o sea a Trump, es la Fiscalia General, la cual debería argumentar ante el juez que vetó la Orden Ejecutiva las razones por las cuales la Orden de Trump era legal, pero la Fiscal General no encontró argumentos para establecer una defensa contra el veto y si expreso por escrito sus dudas sobre la legalidad de la Orden Ejecutiva y por lo tanto se veía imposibilitada a defender dicho decreto.
Como suele suceder en los enfermos como Trump, la respuesta fue instantánea y desproporcionada al señalar las causas y vea usted, cuando en un gobierno existen diferencias de criterio en lo concerniente a la legalidad, procedencia u oportunidad sobre ciertos temas lo usual es reunirse y tratar de encontrar un acuerdo, de no haberlo, la posición normal y que se hace pública es que hay diferencias que no pueden conciliarse y por lo tanto un político deja su puesto dejando libre al gobierno para nombrar a otro.
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En este caso la reacción de Trump fue fulminante, podemos decir que histérica e irracional, pues se acuso a la Fiscal General nada menos que de traición.
Independientemente de los hechos narrados líneas arriba, en el Departamento de Estado de los Estados Unidos empezó a circular entre los diplomáticos del Servicio Exterior un documento que señala todos los problemas a los que se enfrentaría Estados Unidos si las políticas de migración de Donald Trump se llegaran a aplicar.
Este documento ya ha reunido más de 100 firmas y será enviando por medio de «el canal de discrepancias» del Departamento de Estado. Este canal existe desde la guerra de Vietnam y se estableció para que los empleados pudieran señalar sus inconformidades sin que su trabajo se viera afectado.
En resumen los diplomáticos hacen ver que las políticas de Donald Trump son contraproducentes y que lo único que generarán es aumentar el sentimiento antiestadounidense de los países musulmanes y por lo tanto la lucha contra el terrorismo se verá afectada negativamente, además de que ninguno de los países vetados tuvo que ver en los atentados del 11 de septiembre.
De nueva cuenta la respuesta de Trump fue desproporcionada.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, antes de recibir oficialmente el documento, hizo saber a los firmantes que si no les gusta se podrían ir.
Como ya lo dijimos en nuestro artículo anterior, estas son dos perlas de lo que les espera a los estadounidenses en su futuro inmediato, decisiones viscerales, ofuscadas, fuera de la realidad y desproporcionadas, todas ellas bajo la premisa de que el nuevo dictador del país del norte responde unicamente a su enorme ego que esta desconectado de la realidad.
¿Que esperar en los próximos días?
Lo siguiente no es sacado de un horóscopo o ni de ningún otro sistema de adivinación del futuro, solo son los pasos que un enfermo de las características de Trump seguirá durante los próximos días.
Es muy fácil de pronosticar, un aumento feroz de la cacería de brujas en las oficinas de gobierno donde cualquiera que sea sospechoso de traición a Trump, y entiéndalo bien, traición a Trump y no a la patria, será perseguido y expulsado del gobierno y los puestos que queden vacantes serán ocupados por radicales supremacistas.
Las amenazas de Trump aumentarán pero ahora hacia el interior, denunciando la existencia de fuerzas oscuras que tratan de impedir que su gobierno cumpla con sus ideales (los de Trump) y de ahora en adelante esta cantaleta de la existencia de «traidores» será el pan nuestro de cada día.
El silencio pactado con México sobre el tema del muro no podrá prolongarse mucho, los sujetos como Trump no pueden quedarse callados ni dejar de atacar a quienes considera sus enemigos, así que volverá a sacar el tema más rápido que aprisa.
¿Cuanto tiempo la economía de los Estados Unidos puede soportar esta presión? No será mucho.
@EnriqueDavilaV
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