Hay tantas personas viviendo en las nubes que me da miedo que un día de estos empiecen a llover pendejos. La Ciudad de México efectivamente es un enorme monstruo que consume una enorme cantidad de recursos.
Dinero y más dinero se «invierten» en la enorme ciudad sin que está mejore en su calidad de vida. La seguridad, el transporte, la educación, la salud, todos estos servicios parecen deteriorarse en lugar de mejorar y los políticos que gobiernan la megalópolis tienen dificultad para dimensionar e incluso entender el gran problema que dicen querer resolver.
Es tal la cantidad de habitantes que viven en la CDMX que los servicios básicos la mayoría del tiempo están colapsados. Drenaje, agua, salud, vivienda, transporte, seguridad se encuentran saturados, deteriorados o son insuficientes.
Pero las autoridades –Mancera y su grupo–, en lugar de atender prioritariamente estos problemas que son muy sensibles para la ciudadanía, crean una agenda que es muy ajena a las necesidades reales de la sociedad.
Hoy hablaremos sobre la delincuencia, la movilidad y como se relacionan
Nadie puede negar que la delincuencia va en aumento en la Ciudad de México, pero la autoridad no quiere admitirlo y trata de disimular desesperadamente que este aumento en los índices delictivos se debe a sus políticas de tolerancia a grupos de poder que pueden ser políticamente rentables a futuros propósitos electorales.
Tampoco hay quien se atreva a decir que el aumento desproporcionado del ambulantaje y comercio informal establecido en las calles, también es generador de inseguridad en esta gran ciudad, basta con leer lo que la Secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Patricia Mercado dijo para justificar la enésima remodelación del tristemente célebre Eje 1 Norte, comúnmente conocido como Anillo de Circunvalación que actualmente el comercio informal tiene invadida las aceras peatonales y dos carriles de dicha avenida:
«(Es) transparente, abierto, tiene que ver con la seguridad física: ahí cualquier situación de delito que se pueda cometer al interior de esos pasajes, donde verdaderamente no había manera ni salidas para los consumidores».
«En este momento viven en un constante riesgo, tanto los peatones como los comerciantes, los que transitan incluso en automóvil y los trabajadores de la zona, es una de las cosas que les planteamos a los comerciantes«.
En resumen la funcionaria reconoce que las hileras interminables de puestos ambulantes que se establecen en las aceras además de robarle el tan cacareado espacio al peatón, son generadoras de inseguridad y violencia.
Usted estimado lector podrá recordar decenas de calles en donde los puestos del comercio informal establecidos en las banquetas sólo dejan al peatón poco menos de un metro para poder circular.
Usted estimado lector y peatón sabe lo que es caminar de noche por ese minúsculo espacio o pasillo que dejan los puestos semifijos en las banquetas donde el alumbrado público no puede hacer nada ya que esos pasillos se encuentran cubiertos por lonas de plástico.
De día y de noche esas banquetas secuestradas por el comercio informal se han convertido, con la complicidad tolerante del Gobierno de la Ciudad, en verdaderos túneles de miedo y violencia en donde la fuerza pública brilla por su ausencia.
Por ejemplo, en el eje de circunvalación es en donde el peatón tiene que caminar por el arroyo vehicular y no por las banquetas, dado que las aceras están ocupadas por puestos de ambulantes
En marzo de 2016 se hizo un gran operativo en el cual se desalojaron más de 700 puestos ambulantes, desde Eje 1 Norte hasta Avenida San Pablo, en la delegación Cuauhtémoc, con el fin de retirar el comercio que hay en la vía pública, se publicitó la maniobra que duró varias horas.
¿Qué pasó después? Nada el comercio informal regreso a los tres días y fianlmente el gobierno de la CDMX dobló las manos.
¿Sabía que nada más ahí hay 27 asociaciones de comerciantes informales y todas ellas son afines a Mancera o a Morena o al PRD? ¿ahora entiende porque el gobierno de la Ciudad prefiere hacerse como el Tío Lolo?
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Usted debe estar enterado de que casi la totalidad de la fuerza policiaca uniformada, que se supone está para proteger al ciudadano, se dedica a cuidar las nueve manifestaciones, marchas y plantones que hay en promedio diariamente en la CDMX, abanderándolos, abriéndoles camino, garantizando la seguridad de los manifestantes, haciéndoles valla, protegiéndolos, quizá, de los terribles ataques que los ciudadanos de la metrópoli les pudieran hacer, protegiendo también las expresiones artísticas que los manifestantes a diario van dejando en paredes y monumentos de la ciudad.
Puede usted preguntar a los policías de su colonia, si es que encuentra a alguno, y le dirán que los llaman todos los días a cuidar marchas, protestas y plantones dejando literalmente en manos de la delincuencia a los ciudadanos de sus correspondientes sectores.
¿Sabía usted estimado lector, que en muchas ocasiones el gobierno de la CDMX paga hoteles y comidas a los líderes de los grupos que se manifiestan en esta ciudad?
Tanto el comercio informal como las manifestaciones, marchas y plantones son generadoras de muchos de los problemas de inseguridad que tiene la CDMX, pero también –y en forma más que evidente– del escandaloso problema de movilidad y contaminación que esta ciudad padece.
Para Mancera es más fácil decir que «la prensa exagera casos aislados de violencia», es más fácil decir que solo es una «cuestión de percepción» del ciudadano mal informado.
Para Mancera y su equipo, es prioritario cuidar manifestaciones y grupos de comercio informal sin importar que deja en la total indefensión a los ciudadanos.
Para Mancera y su equipo es más fácil culpar al automovilista del caos de tránsito que hay en la Ciudad que reconocer que las 9 manifestaciones que en promedio a diario se llevan a cabo en la Ciudad, son una de las principales causas del problema de la movilidad y de la inseguridad.
@EnriqueDavilaV
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