Hace poco más de un año, el 29 de julio de 2020, se publicó una reforma a la Ley de Participación Ciudadana de la CDMX, mediante la cual se adicionó un artículo transitorio que dispuso que, ante la pandemia por covid-19 y dada la imposibilidad de continuar con el proceso de presupuesto participativo de ese año, la ejecución de los recursos para los proyectos ganadores se realizaría hasta el 2021.
Mi voto fue en contra de aquella reforma porque era injustificable. El mismo día que Morena la aprobó en el Congreso local, el 24 de julio de 2020, el IECM aprobaba un acuerdo para que los procesos de participación ciudadana que se encontraban detenidos por la pandemia pudieran continuar usando medios electrónicos. Es decir, al mismo tiempo que el IECM buscaba alternativas para garantizar un derecho constitucional de los capitalinos, Sheinbaum y su partido buscaban pretextos para incumplir con ese derecho.
Durante la discusión de aquella reforma hice una propuesta que coincidía con la posición del IECM: que las consultas para el presupuesto participativo continuaran realizándose en 2020 utilizando herramientas tecnológicas. Y es que los gobiernos no deberían actuar buscando pretextos para incumplir con su responsabilidad. Pero Sheinbaum busca “ahorrarse” ese dinero, que en realidad no es de su gobierno, sino de las colonias de la ciudad, así que votaron en contra de mi propuesta.
Lo que sí votó a favor Morena fue mi propuesta para que, en el proyecto de presupuesto 2021, se identificaran y diferenciaran los rubros correspondientes a los montos del presupuesto participativo 2020 y 2021. Gracias a ello, sabemos que al día de hoy el gobierno de Sheinbaum les debe a los capitalinos, por concepto de presupuesto participativo, 1,420 mdp del 2020 y 1,395 mdp del 2021, que siguen sin ejercerse.
A un año de aquella reforma, Sheinbaum presentó al Congreso otra propuesta de reforma a la Ley de Participación Ciudadana para que, de existir “alguna circunstancia de índole jurídica, formal o material que impida llevar a cabo algún proyecto ganador del presupuesto participativo de las anualidades 2020 o 2021, su ejecución será postergada”.
¿Qué implicaciones tiene esta nueva propuesta? Primero, no queda claro qué se debe entender por “condiciones materiales” que impidan llevar a cabo la ejecución del presupuesto; en esa expresión podrían entrar demasiados pretextos gubernamentales para, nuevamente, dejar sin ese recurso a las colonias.
Segundo, el gobierno de la CDMX demuestra que no tiene el interés de garantizar el derecho ciudadano al presupuesto participativo para las colonias de la capital, pues sólo aquellas que ya cuenten con comités ciudadanos de vigilancia y de ejecución del presupuesto podrían iniciar este año la ejecución de sus obras, pero, al día de hoy, 57% de las colonias aún no han concluido sus procesos ciudadanos para el presupuesto participativo.
Tercero, no sólo el gobierno de Sheinbaum les ha fallado a los capitalinos, también el IECM, que muy poco hizo para que la mayoría de las colonias continuaran y concluyeran sus procesos para poder ejecutar el presupuesto participativo.
Mi voto fue en contra de la iniciativa de Sheinbaum, tanto en comisiones como en el Pleno. Pero como Morena la iba a aprobar —a pesar del voto en contra del PAN—, propusimos algunas reservas para al menos garantizar que, en aquellas colonias con procesos de presupuesto participativo concluido, ya se pueda ejercer ese recurso, el cual sólo se podrá aplicar a gasto de infraestructura pública, equipamiento o servicios urbanos; y el IECM deberá informar, antes del 5 de septiembre, cuáles colonias entran en este supuesto. La propuesta fue aprobada.
Nuestro objetivo fue que Morena y Sheinbaum afectaran a la menor cantidad de colonias posibles al negarles los recursos de 2020 y 2021 del presupuesto participativo. No ha sido el mejor desenlace, pero al menos evitamos que desde el gobierno se decidiera, de forma discrecional, a qué colonias darle esos recursos y a cuáles no.
There is no ads to display, Please add some
