De Guatemala a guatepeor

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No hay forma de explicar cómo es que el nuevo Congreso de la Ciudad de México sigue fracasando en su gestión. Le fallamos a la ciudadanía que confió en nosotros para velar por sus intereses; peor aún, violamos la ley que nosotros mismos aprobamos.

Han transcurrido 40 días desde que se instaló la Segunda Legislatura del Congreso de la CDMX, se han realizado 10 sesiones ordinarias, pero aún no se han instalado las comisiones ni comités, por lo que, para efectos prácticos, no estamos cumpliendo con nuestro deber.

En la naturaleza del Congreso se encuentran dos funciones primordiales: legislar el marco jurídico de la CDMX y fiscalizar al gobierno en turno. En ambas tareas estamos fallando.

La Legislatura que nos antecedió se instaló el 17 de septiembre de 2018, y en tan sólo 10 días –en su cuarta sesión ordinaria– estableció sus comisiones. Ahora, a más de un mes de trabajo, el grupo parlamentario mayoritario de Morena ha sido incapaz de coordinar los inicios del trabajo legislativo, con lo cual hemos perdido un 25% del primer periodo ordinario de sesiones, y es tiempo que no regresará.

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¿Cuál es el impacto de no contar con comisiones instaladas dentro del Congreso? No se puede legislar. Es así de sencillo. Las iniciativas presentadas no tienen una comisión que las dictamine; lo mismo ocurre con los puntos de acuerdo, los cuales deben ser discutidos al momento que son presentados ante el pleno y, de esa forma, es más sencillo descartarlos.

  • He tenido el privilegio de servir en distintos Congresos y puedo decir, con todo conocimiento de causa, que se extraña a Alejandro Encinas, a Ernestina Godoy y a aquellos que sabían hacer política pese a la oposición. Me atrevo, incluso, a decir que se extraña al PRD, a quien mal que bien y pese a sus excesos, sabía conducir a las mayorías y hacer acuerdos políticos.

En contraste, esta mayoría de Morena parece no saber hacia dónde se dirige. A tan sólo unos días de trabajo legislativo, pinta para ser, incluso, menos productiva que la anterior. Insisto, es inadmisible que no se hayan instalado las comisiones; es más, ni siquiera hemos podido iniciar la glosa del Tercer Informe de Gobierno, gracias a la inutilidad del partido en el poder.

La única beneficiada con este desastre es la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Ya sea por complicidad o por incapacidad, la mayoría de Morena ha impedido la fiscalización del gabinete para que rinda cuentas sobre la gestión y resultados del gobierno, de la misma manera en que las iniciativas que se han presentado sufren el sueño de los justos.


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