La llegada de DeepSeek, chat de IA competencia directa de ChatGPT, ha supuesto una revolución en el mundo, primero por ser un modelo de interface con un costo más bajo que el de sus competidores directos y, segundo, por ser ofrecido al público de manera gratuita con las mismas capacidades que otros chats de esta tecnología.
Pero no todo es bueno en esta historia, pues si bien se trata de una tecnología que está permitiendo a más personas incorporarse al mundo de la Inteligencia Artificial para su uso en ámbitos profesionales o personales, hay otra faceta de esta empresa que comienza a preocupar.
Y es que DeepSeek, por una parte, no responde bien en temas como lo sucedido en la Plaza de Tiananmén en 1989, así como cuando le preguntan si el gobierno chino ha reprimido a la comunidad uigur, algo que mostraría una programación más cercana a la censura que a la transparencia que debería tener esta tecnología.
Por otra parte, han empezado a circular las denuncias de que en la página de Internet y en las aplicaciones para dispositivos móviles de DeepSeek se recopilan datos como la dirección IP del usuario, patrones de escritura, información del dispositivo, todo esto almacenado en China, país en en el que no se pueden hacer valer el derecho a la privacidad.
A todo lo anterior se suma la sospecha, aún no comprobada, de que para entrenar el nuevo modelo de IA se haya utilizado datos de la API de OpenAI, algo que se está investigando y que ayudaría a entender el costo ofrecido.
Lo único cierto, es que la competencia en Inteligencia Artificial aumenta y apenas se está comentando lo sucedido con respecto a DeepSeek y ya tenemos un nuevo jugador también de China: Qwen.
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