Continúa la guerra sucia

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Como parte de las estrategias electorales, tal cual apuntábamos en colaboraciones anteriores, la guerra sucia se ha hecho presente en la actual campaña electoral. Al igual que en los comicios estatales en Colima, a principios de año, las filtraciones acerca de irregularidades en los patrimonios o acuerdos de los candidatos son parte de la forma en que se lucha por alcanzar la victoria en 2016.

Exhibidos

El patrón es similar en la mayoría de los casos: algún medio da a conocer un material que les es entregado por manos desconocidas, en el que se presumen enriquecimiento inexplicable, acuerdos sospechosos o conductas reprobables acerca de un candidato, lo que dará pie a que se detone en redes sociales toda una campaña de linchamiento en contra del señalado, todo esto complementado por declaraciones de los actores políticos cercanos, tanto a favor como en contra, para luego ser parte de los debates que los abanderados sostendrán. El impacto de esta filtración se medirá en encuestas y en la votación final.

Esto lo hemos venido viendo desde hace algunos años, gracias a la presencia de redes sociales y a personajes que cuentan o con el equipo para realizar intercepciones telefónicas o con los contactos necesarios para contar con otro tipo de materiales que exhiban al objetivo de este tipo de tácticas.

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Los blancos han sido lo mismo priístas que panistas, perredistas, independientes o de otros institutos políticos, lo mismo con material obtenido de forma ilegal o gracias a alguna persona que se encontraba en el momento adecuado para captar el audio o las imágenes que será utilizadas.

Algunos de los señalados han sucumbido ante la fuerza de los reclamos, en tanto que otros se han visto fortalecidos pese a la evidencia en contrario, como ha sido el caso de Andrés Manuel López Obrador.

Las actuales campañas electorales de 2016 ofrecen más ejemplos de este tipo de recursos electorales, pues no se difunden este tipo de materiales fuera de los procesos para pedir el voto. Por ejemplo, en un caso reciente, los documentos que incriminan a Miguel Ángel Yunes Linares, abanderado de la alianza PAN-PRD para el gobierno de Veracruz, se tienen –con toda probabilidad– desde hace meses pero se decidió darlos a conocer con la campaña en marcha para demostrar que no hay coincidencia entre su declaración patrimonial y algunos bienes que se presentan en la filtración dadas a conocer en estos días.

Esto indica que detrás de estas acciones existe todo un cálculo político en el contexto electoral. Los objetivos dependen de quienes filtran la información, pero es evidente el esfuerzo para coordinar tanto la difusión de las pruebas como la campaña para darlas a conocer en medios tradicionales, digitales y redes sociales.

Pero Veracruz no es el único espacio en el que se han dado este tipo de tácticas en contra de algunos candidatos. Tamaulipas ha sido otra entidad en la que han surgido noticias de vínculos entre el crimen organizado y algún candidato, así como en Aguascalientes se ha mencionado la probabilidad de que una candidata a la presidencia municipal de la capital de la entidad esté envuelta en negocios cuestionables.

En la lista encontramos igual a aspirantes a gobernador que a una presidencia municipal, de todos los partidos al igual que independientes, como es el caso de uno que busca gobernar Tamaulipas.

La guerra sucia continuará conforme avancen las campañas, recurriendo al arsenal que de los candidatos se haya venido recopilando, de acuerdo a los planes de quienes están detrás de todo este entramado. Para los medios, se trata de un suculento bocado para ganar audiencia, a la vez que para las redes sociales se trata de una oportunidad para mostrar el activismo desde la comodidad de los dispositivos conectados a Internet.

Para el elector esto supone un reto, pues no por tratarse de información que se presenta como una primicia –o por ser tratada como la revelación de un secreto– es por sí misma verídica, aunque para muchos de los ciudadanos que reciben la información es prueba suficiente de que hay una irregularidad –en el mejor de los casos– cuando no un delito. La rapidez con que se genera y mueve la información provoca que el resultado sea algo más cercano a un juicio sumario sin posibilidad de defensa de los señalados.

El hecho de que este tipo de recursos se continúe utilizando en las campañas, indica la necesidad de los partidos de ganar a cualquier costo, pues aunque en el plano discursivo condenan estos actos, en la práctica convalidan su uso.

Del tintero

En colaboraciones anteriores, abordamos la supuesta “independencia” de los candidatos “independientes” a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, por salir de las estructuras de los partidos al no encontrar candidaturas para sus aspiraciones. Esto molestó a algunos de ellos, pero el columnista del diario La Razón, Manuel López San Martín, publicó su colaboración en términos similares.

Sin duda será un factor que desmotive la participación ciudadana, pues las previsiones apuntan a baja afluencia a las urnas en junio próximo.

 

Twitter: @AReyesVigueras


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