¿Y por qué el enojo?

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“La gente ha perdido las certezas en su vida cotidiana”
Expertos antropólogos sociales

El ánimo está herido. Desde los incómodos hasta los indignados, pasando por el enojo, la frustración y el hartazgo.

Si bien este mal ánimo se recrudece frente a la clase política y diversas instituciones, sería un autoengaño creer que no se contagia a todos los entornos que vivimos: la empresa, las escuelas, la comunidad, las iglesias y las familias. Las relaciones de pareja y de amistad sufren de una manera o de otra esta cadena de frustración y enojo.

Las respuestas son multifactoriales, pero los especialistas destacan al menos tres ámbitos y estados de ánimo.

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1. La incomodidad que está más relacionada con la exigencia de modificar nuestros hábitos frente a la velocidad de cambio que nos impone, por ejemplo, la tecnología. Nos incomoda no terminar de dominar un proceso cuando ya tenemos que entender otro. Millones de mexicanos aprendimos a hacer las cosas de una manera y así avanzamos y logramos movilidad social. Si bien las redes sociales nos permiten vivir en tiempo real lo que sucede a millones de kilómetros de distancia, también han generado expectativas geométricas y una frustración que puede ser enorme cuando nos percatamos de que, más allá del esfuerzo que realicemos, esos mundos resultan inalcanzables.

2. Hay razones a nivel “macro”, que tienen que ver con la pérdida de certezas de nuestro entorno. En la Cd. de México se perdió la seguridad de cuándo es o no posible usar el automóvil y los días en que por fin se puede usar, marchas y plantones bloquean con frecuencia calles y avenidas. Los tiempos de transporte son inciertos, así sea en un trayecto al trabajo, hasta traslados en carretera, o bien, por vía aérea. La indignación y coraje son producto de que los ciudadanos hacen su parte levantándose de madrugada para llegar a tiempo, pero factores externos se encargarán de que no logre su objetivo. Se perdió la certeza de que un título universitario garantiza un mejor empleo y de que trabajar y hacer méritos es el camino para prosperar. Las ladys y los lords que gozan y presumen privilegios sin haberse esforzado por conseguirlos. Aquí la corrupción e impunidad han hecho su parte y son poderosas causas de indignación.

3. Hay también razones “micro”, aquellas que nos afectan en lo cotidiano. La incertidumbre y miedo de transitar algunos caminos así sea a la luz del día. Renunciar al entretenimiento familiar porque las condiciones no lo permiten. La indignación de vivir con compromisos incumplidos y que ello provoque que nuestras promesas y metas con las personas que más amamos se pongan en riesgo. El ya no saber cuántos años se deberán trabajar para lograr una jubilación. La mayor dificultad para construir y conservar un patrimonio. La desconfianza en autoridades y también en vecinos. El no saber si los niños tendrán clases. Minutos antes de enviar este artículo, me enteré de una nueva modalidad de extorsión, encañonar a mujeres en supermercados para obligarlas a pagar mercancías.

Algunas reflexiones: casi la totalidad de las respuestas tienen que ver con nuestra vida cotidiana, con lo que nos sucede a nosotros y a nuestras familias. En las respuestas se refleja, en diversos grados, una pérdida de certeza, libertades, oportunidades, de presente y futuro.

También hay espacios de autocrítica, especialmente cuando algunos hacen referencia a su enojo frente a la indiferencia o confort en grupos ciudadanos.

Habrá quien considere que este listado es por demás pesimista; sin embargo, estas respuestas nos acercan a las razones que han herido el ánimo de miles y miles de ciudadanos.

Más actuales, las palabras de Felipe González, expresidente de España, imposible: “la tarea más importante de un líder es con el ánimo de su gente. Si es bueno deberá fortalecerlo, si no lo es, deberá escucharlos y actuar en consecuencia para transformarlo”.

Son voces urgentes para quienes, desde su entorno y comunidad, tienen capacidad de liderazgo porque si el ánimo está enfermo, si el alma se lastima, las consecuencias más temprano que tarde serán aún más dolorosas y probablemente irreversibles. Visto de otra manera, si todo esto altera nuestro ánimo, entonces hay incentivos para transformar, corregir y construir de otra manera.


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