Tiempo de humillación

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La soberbia de la sociedad mexicana ha sido la verdadera causa de que el gobierno no haga su trabajo. La afirmación anterior parecería un delirio si no fuera por lo que hemos visto en los últimos días, cuando la madre de una víctima de secuestro fue a implorar de rodillas a Osorio Chong que alguien del gobierno hiciera algo por su hija: «¡Por favor señor! ¡Señor se lo suplico! ¡Es mi hija!»

Es lo que pasó el 26 de julio. Frente al Secretario de Gobernación, Osorio Chong, y el gobernador del Estado de Hidalgo, Francisco Olvera, una madre desesperada suplicaba, ante la inmovilidad de las autoridades para atender el caso de su hija Nallely Elizabeth que el 23 de julio fue plagiada en Pachuca, capital del estado de Hidalgo.

Como el incidente fue ante la prensa que cubría la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, «Convención Belem do Pará», la exposición mediática fue amplia sin quitar que tuvo una gran dosis de conmovedor dramatismo cuando la madre desesperada se arrodilló suplicante a los pies de Osorio Chong que miraba sorprendido a la mujer.

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El acto de la afligida madre dejó al descubierto, una vez más, la forma en que los ministerios públicos trabajan, poniendo trabas en las investigaciones, pues según la señora madre de la víctima, el Secretario de Seguridad Pública Estatal, Alfredo Ahedo Mayorga, le informó que el Ministerio Público no avanzaba porque «algunas cuestiones como la búsqueda de huellas no funciona».

Pero como la desesperada madre hizo lo que nadie se esperaba que hiciera, obligó a la autoridad a trabajar y el resultado fue sorprendente, le narramos los hechos y juzgue usted.

Justo después de que María Guadalupe Vargas Baños se arrodillara suplicando que le ayudara, el Secretario de Gobernación –en su intervención para inaugurar los trabajos de la Convención– informó que ya había girado instrucciones a la PGR para que en conjunto con las autoridades de Hidalgo atendieran la petición de la señora, en otras palabras que se pusieran a trabajar.

Poco después de la inauguración el gobernador del estado en una entrevista con Juan Ricardo Montoya del diario La Jornada declaró que la madre «estaba un poquito protagónica».

«Yo le preguntaba a la señora, la cual estaba un poquito protagónica y no escuchaba cuando yo le preguntaba ¿ya presentó la denuncia? pero no me hacía caso».

Evidentemente el gobernador del Estado de Hidalgo durante la entrevista, para variar, hablaba sin conocer el caso, no se informó y le parecía «un poquito protagónica» la señora Vargas quizá porque el gobernador pensaba que estaba exagerando o porque les robó un poco del protagonismo que el gobernador quería tener presumiendo su amistad con el Secretario de Gobernación. Vea la entrevista en esta liga http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/07/27/protagonica-mujer-que-pidio-por-su-hija-dice-gobernador-de-hidalgo

Pero lo que realmente inquieta es que la PGR en menos de 24 horas dio con el paradero de la joven maestra secuestrada ¿por qué razón es inquietante? Porque a pesar de que la PGR presentó el afortunado hallazgo de la víctima como un hecho circunstancial en donde las fuerzas del bien, en un rápido movimiento, descubrieron que «la manera de actuar de la banda, las exigencias económicas, las rutas de los secuestradores y la voz de los negociadores» era parecido a un caso que estaban investigando desde abril y que gracias a estas similitudes les permitió «tener la certeza de que en el lugar se pudiese encontrar la víctima referida».

Muchos lectores exclamaran en este punto: ¡Qué casualidad!

Pero no hay manera de explicar cómo es que desde abril la Policía Federal Ministerial, dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR), investigaba y vigilaba a los supuestos secuestradores y no es sino hasta que a finales de julio, cuando Osorio Chong da «instrucciones» de que atiendan el asunto, se dan cuenta de las similitudes en la forma de actuar de los delincuentes y sospechan que quizá la maestra Nallely Elizabeth García Vargas estaba privada de su libertad en un domicilio de Ecatepec, Estado de México, lugar que evidentemente ya conocían los policías federales y estaban vigilando.

Sorprende que el mismo día en que la madre se hinca ante el Secretario de Gobernación, ya por la noche la Policía Federal estaba solicitando a un juez la orden de allanamiento del domicilio en cuestión.

¿No es un poco alarmante esto? ¿La policía vigilaba la casa de seguridad o les daba protección? Son preguntas que se quedan en el aire y a todos nos dejan un amargo sabor de boca.

El lector se preguntará ¿qué tiene que ver el título de este artículo con la soberbia ciudadana? Que al final de cuentas en este gobierno priista la única manera de obtener justicia y de que las autoridades hagan su trabajo, es hacer a un lado nuestra soberbia, humillarse delante de la autoridad y suplicar y suplicar, ofreciendo como ofrenda nuestro dolor y esperar que haya reporteros de otras naciones.

Pero ojo, no abusar de la benevolencia de los dioses… la segunda vez que otra madre de un desaparecido intentó seguir la receta exitosa de la madre anterior y que montando la misma escena en Tepic, Nayarit, ante el Secretario de Gobernación ya no funcionó; así fue que el caso de Ana María Salcido, de 68 años de edad, que también se arrodilló ante el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, suplicando por ayuda para localizar a su hijo desaparecido desde hace dos años, pero sólo se quedó en eso.

Se acusa a las autoridades de que el rescate de la profesora fue un montaje, y lo cierto es que hay demasiadas preguntas que contestar y también demasiadas coincidencias inexplicables.

Pero en lo que son peras o manzanas, cuando usted requiera que alguna autoridad haga algo por usted, suplique y suplique bien, porque un corazón falso no es bendecido.

 

@EnriqueDavilaV


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