Es un hecho, estamos en temporada de elecciones, lo que se traduce en que da inicio la temporada de caza. Así, varios de los abanderados en busca de una gubernatura ya anunciaron que irán tras sus antecesores y los mandaran a la cárcel, al igual que en el pasado prometieron desde Vicente Fox hasta Jaime Rodríguez Calderón, el famoso Bronco de Nuevo León. Pero si bien tal promesa suena interesante para el ciudadano indignado por la pésima gestión de los gobernantes actuales, la realidad muestra que pocas veces se cumplen tales ofrecimientos.
Promete que algo queda
Con la llegada de las campañas electorales, llega también la catarata de ofrecimientos de los candidatos. Para muchos de ellos, en coincidencia con una parte del electorado, la promesa de sentar en el banquillo de los acusados al antecesor es algo difícil de evitar, por el atractivo que da para el arranque de una campaña.
Es algo que hemos visto desde hace décadas, pues basta recordar la promesa de Vicente Fox de ir contra las víboras prietas y tepocatas durante el año 2000, lo cual se tradujo en pocos resultados que ni a charales llegaron por más que iban tras los peces gordos. Algo parecido está sucediendo, actualmente, con Claudia Pavlovich en Sonora y Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León, pues han pasado varios meses y no se ha visto acción en contra de sus antecesores, aunque algunos de los funcionarios de la anterior administración sean llevados a juicio, como en el caso sonorense.
Aquí cabe aclarar que entramos en el terreno de lo simbólico, en el que basta con que la cabeza caiga para satisfacer el ansia de justicia del pueblo, aunque esto no resuelva el problema de fondo: la enorme corrupción e impunidad que se han anidado en nuestros gobiernos.
Pero a pesar de los pobres resultados en los intentos por encarcelar a presuntos saqueadores del erario público –basta ver donde están exmandatarios como Humberto Moreira–, la tentación por tener en la campaña a gobernador la promesa de ir en contra de quien ocupa esa posición es irresistible para algunos candidatos.
Esto ha sido una de las constantes en el caso de los abanderados de la oposición, quienes han buscado ganar votos criticando al mandatario en turno e, incluso, prometiendo meterlo a la cárcel como muchos ciudadanos quisieran. Ya pasadas las elecciones, pocas veces –si no es que ninguna– se hace realidad tal promesa, demostrando que nuestros políticos, sin importar partido, son expertos en prometer pero no en cumplir.
La novedad en este campo, si es que puede haber alguna, se da en Veracruz, entidad en la que el actual gobernador, Javier Duarte de Ochoa, se ha encargado de enemistarse con todos, a grado tal que incluso el candidato a sucederlo de su partido y el presidente nacional del PRI han expresado que debe rendir cuentas, al menor, preparando el terreno para su salida, por más que el mismo Duarte niegue las versiones de su próxima remoción.
El extremo en esto quizá es Miguel Ángel Yunes, quien incluso ha dado un plazo de unos cuantos meses para meter al bote a Duarte, aunque primero debe ganar la elección, para lo cual cuenta con un aliado muy eficiente para llevarle votos: el propio Duarte.
Si bien Duarte de Ochoa es un caso aparte, puede ingresar a la lista de exmandatario priístas con destino judicial, como han sido los casos de Mario Villanueva o Andrés Granier, o cuestionados como el mencionado Moreira, Tomás Yarrington, Arturo Montiel, Guillermo Padrés, Rodrigo Medina, Marcelo Ebrard y otros más.
Y es que el desprestigio de nuestros políticos es tanto, la inconformidad ciudadana ha llegado a tal nivel, que la simple promesa de encarcelarlos puede ayudar a ganar votos, pese a que el hecho de llevar a juicio a un exfuncionario público en poco ayuda a resolver los números problemas que cada entidad tiene. Es algo que tiene muy bien ensayado López Obrador, a grado tal que eso le ha ayudado a encabezar las encuestas, pese a que la elección que busca es en 2018.
Tabasco tiene a un exgobernador encarcelado y su actual mandatario no ha logrado resolver con eso los problemas que tienen que ver con pobreza, falta de empleos, carencia de infraestructura, de medio ambiente y otros que padecen los habitantes del también llamado “edén”.
Así que la temporada de caza dio inicio pero eso no debe ser motivo para que el ciudadano se deje llevar por la inconformidad, o la ira, para dar su voto a quien prometa meter a la cárcel al pillo que presentan como mandatario en turno. La realidad nos ha enseñado que esa promesa pocas veces se cumple y que el que llega puede ser tan malo, quizá peor, que el que se fue.
Pero como prometer no empobrece, seguiremos con esta costumbre en las campañas.
Del tintero
Un día como hoy, pero de 2013, en el aeropuerto internacional de Toluca, la Policía Federal detuvo a Elba Esther Gordillo –en ese momento presidenta vitalicia del SNTE–, por el delito de operación con recursos de procedencia ilícita. Tras la detención, sería llevada a la cárcel de la que saldría hace meses gracias a obtener el beneficio de la detención domiciliaria por su edad. En tres años, el impacto de dicha detención en favor del gobierno de Peña Nieto se diluyó y la maestra ahora se encuentra en casa, de lo más tranquilo.
Twitter: @AReyesVigueras
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