Es un ejemplo de unidad, pluralidad y éxito electoral. El modelo aplicado en el estado tiene que ver con un acuerdo entre los liderazgos.
Apenas ocho días después de la jornada electoral, los panistas iremos a la Comisión Permanente del Consejo Nacional, es el órgano máximo del partido de deliberación y toma de decisiones. Ahí debemos abrir la reflexión, la autocrítica y las definiciones de futuro.
Más allá de los ajustes de cuentas entre calderonistas contra maderistas, de la idea de linchamiento entre los Capuleto y los Montesco, estamos obligados a encontrar un mecanismo para tratar de conciliar las posturas, porque volveremos a fallar si no asumimos que la reflexión debe tener como objetivo que el PAN recomponga la figura y salga fortalecido de sus procesos de renovación.
El país y los mexicanos nos demandan con urgencia que, con las posiciones obtenidas en las urnas, asumamos nuestra responsabilidad de ser una oposición confiable y con estabilidad política, un interlocutor tan crítico como responsable y un fiscalizador puntual de las acciones del gobierno priista.
Quienes están buscando saciar apetitos de revancha son panistas que están trabajando para Peña Nieto, haciendo la chamba al PRI a nivel nacional y en el DF al PRD, simple y sencillamente, porque estamos distraídos del verdadero debate público.
No estamos platicando de lo mal que está el país y la Ciudad de México porque no estamos hablando del fracaso de la economía, del descrédito de la política y de cómo reivindicarla, porque no estamos conversando de la corrupción y de los excesos de los gobiernos.
Hay solución a la vista y al alcance de nuestras manos ¿por qué no pensar que el PAN se queretanice? Es un ejemplo de unidad, pluralidad y éxito electoral.
El modelo de éxito en Querétaro tiene que ver con un acuerdo entre los liderazgos. Pancho Domínguez, evidentemente vinculado con Felipe Calderón, acuerda con Ricardo Anaya. Aunque los dos tenían aspiraciones de gobernador, se ponen de acuerdo y entienden que hay momento y espacio para ambos en la política, se conserva el Comité estatal con el referendo a la dirigencia de José Luis Báez, un anayista. Así, Pancho Domínguez cuenta con todo el apoyo para la gubernatura, y el candidato de Ricardo Anaya para la capital.
Se hizo política, hubo unidad y hoy todos celebramos el triunfo compartido.
No ocurrió en todos los estados y por eso, los magros resultados.
En Puebla se recriminan los espacios perdidos al jefe estatal y la crisis se ahonda. En Colima, por las malas decisiones, estamos en el límite cuando deberíamos haber ganado cómodamente.
Todos perdemos en la derrota, tenemos que ver hacia adelante.
Por ello, los diputados bajo la coordinación de Madero deberemos respaldar a nuestros gobernadores, pero no en la lógica de los grupos y de los iluminados.
Debe quedar claro que si bien hoy los grupos más visibles en el PAN se dividen entre calderonistas y maderistas, hay muchos panistas que no son ni lo uno ni lo otro, pero sí son los que están resintiendo más la falta de madurez para conciliar y para reconocer los errores y tratar de no repetirlos.
There is no ads to display, Please add some