Repetir una mentira, se dice parafraseando a Joseph Goebbels, la convierta en verdad y es el caso de Luisa María Alcalde, presidenta nacional de Morena, quien no se cansa de repetir –al igual que muchos propagandistas que, como ella, no se salen de un guion preestablecido–, que «la oposición está moralmente derrotada».
De nueva cuenta, en un evento en la CDMX, repitió la frase que les encanta repetir a los morenistas a la menor provocación, además de decir que también la oposición es la culpable de la corrupción y de la pobreza, entre otros males que nos aquejan, cuando tenía el poder.
Sólo que su propaganda no puede ocultar la realidad, ni la inflación que padecemos, la inseguridad o los homicidios que se dan por miles en el país, además del hecho de que Morena se está llenando de exmillitantes del PRIAN –algunos acusados de corrupción– que ponen en duda la aifrmación de que hay una derrota moral de la oposición.
Y es que si la oposición es corrupta, culpable de la inseguridad y la pobreza que hay en el país y está moralmente derrotada, entonces ¿por qué permitir que se unan a Morena –en el Congreso o en un gobierno estatal o en el federal– personajes que ejemplifican muy bien esas acusaciones como es el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez o Jorge Luis Lavalle?
Si Morena tiene que recurrir a exmilitantes de una oposición moralmente derrotada, ¿no será que el partido que realmente está derrotado moralmente es el que encabeza Luisa María Alcalde?
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