Información entre poderes

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Hay que admitir que esta legislatura en el Senado le ha dado ocasionalmente lustre a su mandato. Hemos visto —aparte de payasadas y necedades— debates de altura sobre temas de interés en ese recinto. También las tropelías, nombramientos atropellados fruto de negociaciones poco decorosas, pero por lo mismo propias de la política.

En ese contexto, el senador Alejandro Encinas reclamó enérgicamente al gobierno federal que no les hubiera dado a conocer a la comisión bicameral el video con audio del día de la fuga de El Chapo Guzmán que dio a conocer Carlos Loret en televisión. El senador tuvo puntual respuesta en la persona de Renato Sales que, sorprendentemente, es un funcionario de este gobierno que no sale con ocurrencias.

Encinas argumenta, y con razón, que el gobierno desprecia al Poder Legislativo. Es posible que así sea. Este gobierno desprecia todo lo que no lo adule y no solo eso, su desprecio parte de su falta de entendimiento, lo que lo vuelve autoritario y majadero. Pero nuestros legisladores destacan más por sus desplantes que por sus argumentos, por sus bravuconadas que por sus ideas. Se puede decir que no todos los legisladores son iguales pero son años de mala imagen los que operan en su contra.

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El resultado de los desmanes en las cámaras no solo es la pésima imagen que tienen los legisladores en la opinión pública, sino que simple y sencillamente no son confiables. Es entendible que las propias cámaras tengan la intención de investigar casos relevantes de fallas en el Ejecutivo, de ahí que armen —como en otros países donde funcionan de manera efectiva— comisiones para investigar diversos asuntos. Pero desgraciadamente el nivel de algunos de nuestros legisladores es de dar pena. Recuerdo hace unos años que algunos diputados del PRD culpaban a José Córdoba de participar en el asesinato de Colosio. Lo acusaban hasta de ser francés. Le armaron un interrogatorio público en el que el famoso mesié, les puso una vapuleada bárbara. Hace unos días, una diputada de la comisión para el caso Ayotzinapa se quejó de que no les permitieron entrar a la junta con el secretario de la Defensa con celulares ni con sus asesores que les iban a ayudar a hacer preguntas. Ese es el nivel.

La verdad, no se les puede dar información delicada. Si yo fuera parte de gobierno, no lo haría. Filtran la información que se les da, acusan sin pruebas, todo lo distorsionan y por lo general son ignorantes de las materias que investigan y nada más buscan salir en los medios de comunicación para tener sus 15 minutos de fama. Porque, por ejemplo, el senador Alejandro Encinas hace poco mantuvo oculto en su oficina por un par de días a un sujeto —hoy prófugo— acusado de estar vinculado con el líder del cártel de Los Templarios. Con ese antecedente, ¿usted le daría a Encinas información sobre El Chapo? Claro que no. En eso el gobierno tiene razón.


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