Hacia un PAN liberal

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Mañana sesionará por primera ocasión después del 1ero de julio el Consejo Nacional del PAN. Se han generado enormes expectativas respecto del debate que se avecina: se anticipan críticas participaciones sobre el balance general de las pasadas elecciones, sobre el desempeño de 12 años del PAN al frente del Gobierno Federal, sobre la organización partidaria en todo el país y su capacidad de comunicarse con la ciudadanía, entre otras cosas. Por supuesto que será fundamental hacer un balance objetivo y una profunda rendición de cuentas, mismos que deberán ser transparentes y públicos.

 

También, uno de los debates más sonados en los últimos días es la refundación del PAN, lo que en pocas palabras implicará evaluar el desempeño y funcionamiento de la maquinaria político/partidaria. Este análisis sin duda tendrá que ser integral y contemplar múltiples temas: prácticas e instrumentos de registro de militantes; elección de dirigentes, consejeros y candidatos; impacto de la comunicación y contenido del mensaje; logros y fracasos de la acción de gobierno en todos los niveles (recordemos que también se perdieron gubernaturas y alcaldías tradicionalmente panistas); eficacia de la organización partidaria, desde el Consejo Nacional, comités Nacional, estatales y municipales; papel de los legisladores y las prioridades legislativas; así como mecanismos de participación directa con la sociedad. Todos estos aspectos son fundamentales, pero se refieren específicamente a relaciones y equilibrios de poder intraPAN. Un rediseño institucional podrá servir para abrir más el partido, pero en sí mismo no será el detonante para apuntalar la confianza de los ciudadanos en el PAN. Esto sólo podrá hacerse mediante la construcción de un mensaje e ideología modernos inspirados en el liberalismo.

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Antes del 2000 el mensaje de la alternancia (o para decirlo sencillamente, sacar al PRI de Los Pinos) generaba gran empatía con la sociedad. No se necesitaban dar mayores detalles de una agenda ni de un concepto, bastaba criticar la corrupción y autoritarismo de un régimen ya desgastado, y convocar a la alternancia, implicaba un cambio, lo cual en sí mismo sugería ver al futuro. Como sabemos, funcionó. Después de 12 años de gobiernos del PAN, tenemos que reconocer que hoy contamos con mejores condiciones de gobernabilidad democrática, y por tanto llamar a la alternancia por sí misma, es un mensaje vacío. De ahí que la bandera que promueva el PAN sea la de ampliar y promover las libertades de los ciudadanos.

Para muestra tres ejemplos. La medicina contra el corporativismo y clientelismo será profundizar en la libertad de asociación de los ciudadanos para participar en asuntos de su interés, de ahí que urge profundizar en esta libertad para que sea ejercida eficazmente frente a todas las autoridades. La vacuna contra la corrupción, discrecionalidad y tramitología consiste en promover la libertad empresarial y la libertad profesional, para que de esta manera los particulares puedan desarrollarse con menos obstáculos y que esto incida en mejores niveles de competencia y crecimiento. Finalmente, la seguridad individual y la libertad de tránsito deben ser los motores de la agenda de combate a la inseguridad y que debe permear en los tres niveles de gobierno y que sin duda también permitirá defender y promover los derechos de propiedad.

Estos sencillos ejemplos muestran cómo el movimiento liberal debe ser la bandera que impulse la relación del PAN con la ciudadanía, a quien debe convencerse que es laopción de gobierno que le permitirá desarrollar de mejor manera su plan de vida y que interferirá lo menos en su esfera individual. Este movimiento liberal será también el detonante de una cultura de la legalidad eficaz.

De ahí que es muy importante que el PAN enfrente este debate conceptual e ideológico. Entiendo que el Consejo Nacional busque una reforma estructural, pero no puede omitir esta discusión, pues de su resultado también dependerá la identidad del partido y consecuentemente su cohesión y unidad. Estoy convencido que la crisis que el PAN enfrenta representa también una gran oportunidad, y la única forma de salir adelante renovados y con una visión moderna es siendo un PAN liberal.

No hay tiempo que perder en convertir esta crisis en oportunidad, y por eso, hago un llamado al Consejo Nacional y al CEN, para que junto con la militancia y ciudadanía –retomando mi post anterior sobre que los partidos son entidades de interés público-iniciemos un proceso de debate y definiciones sobre cómo enmarcar a ese ideal de partido que enarbole la libertad, único camino para ampliar la fuerza de convocatoria social.


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