Es importante que se puedan ejercer plenamente los derechos políticos.
En 2006 en un artículo titulado México, ¿tercer golpe a la democracia? Enrique Krauze, con la brillante claridad que lo distingue, describió con aguda precisión la amenaza que AMLO representó entonces para nuestra democracia, y en un solo párrafo retrató el rostro de la democracia mexicana, que hoy, años después sigue siendo aún muy joven.
“Para ponderar el grave peligro que se cierne sobre la democracia mexicana, considérese la siguiente estadística. En los 681 años transcurridos desde la fundación del imperio azteca (1325 D. C.) hasta nuestros días, México ha vivido 196 bajo una teocracia indígena, 289 bajo la monarquía absoluta de España, 106 bajo dictaduras personales o de partido, 68 años sumido en guerras civiles o revoluciones y sólo 22 años en democracia”, señala Krauze.
Toda proporción guardada advierto, pareciera repetirse la historia del hombre autoritario con la personalidad del dictador que buscó el poder por la vía electoral. Baste enlistar sólo algunos ejemplos para determinar si se confirma tal aseveración:
Permitir que una amiga de su corte festeje una fiesta de cumpleaños en la Rotonda de las Personas Ilustres como si de un espacio cualquiera se tratara.
Reprimir con granaderos la manifestación de vecinos de Polanco que se inconforman por violaciones de uso de suelo, las corruptelas de los desarrolladores y porque no se cumple la ley.
Negar un espacio público, como si fuera el patio trasero de su casa, el Deportivo Cañitas, a dos diputados opositores del PAN para que presentaran un informe de labores.
Destruir por instrucción expresa todo mensaje de la oposición, borrar bardas y bajar mantas, mismos que la ley autoriza a los legisladores para difundir sus mensajes.
Provocar la polarización con riesgo de enfrentamiento entre los propios vecinos convocando con premura a sus huestes para realizar eventos apenas a metros de distancia donde sus opositores políticos se organizan hasta con un mes de anticipación.
No tengo duda, para mí, el estilo de gobernar de Víctor Hugo Romo se asemeja tanto al de López como al de Chávez, aunque región 4, para ponerlo en su justa dimensión.
Sin embargo, a ocho años de aquella ponderación de Enrique Krauze, la democracia no sólo ha fortalecido sus raíces tanto en nuestra ciudad como en el país, sino que ha florecido. Las condiciones de civilidad que permiten la convivencia y el entendimiento entre adversarios políticos se han consolidado.
El Gobierno del Distrito Federal no sólo ha reconocido los excesos del delegado perredista sino que ofreció con sensibilidad digna de reconocerse una mesa de trabajo permanente.
Tengo la certeza absoluta que la mesa de trabajo interinstitucional en la que participarán bajo conducción del secretario de Gobierno, Héctor Serrano, los diputados de Acción Nacional con representación en la demarcación, Gabriela Salido y César Daniel González, junto con el delegado Romo, garantizará que los habitantes de Miguel Hidalgo estarán a salvo de las tentaciones autoritarias y se respetará su derecho a escuchar todas las voces y a expresarse con libertad.
Debemos coincidir plenamente con lo dicho por Héctor Serrano en que lo más importante es que en nuestra ciudad se puedan ejercer plenamente los derechos políticos, poner a salvo las libertades y que es tarea de todos los actores políticos generar las condiciones de gobernabilidad y no permitir que se violenten los derechos que tienen los ciudadanos.
Nada sería más triste para nuestra ciudad que un amanecer distinto, parafraseando a Krauze (Un amanecer distinto para Venezuela) “nada, ni siquiera la escalada del crimen o el visible deterioro de la ciudad que el odio inducido…”.
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