El domingo pasado, derivado de la elección interna del PAN en varios estados en donde los precandidatos a gobernador jalaron la atención nacional, todo México se enteró que el PAN celebra elecciones democráticas internas.
De todo el revuelo que se ha armado creo que es importante señalar algunos puntos:
- En primer lugar el PAN siempre celebra elecciones democráticas internas para la mayoría de las candidaturas que se van a presentar. No es un tema exclusivo de precandidatos a la presidencia de la República, ni de precandidatos a gobernador. Así ha sido el PAN desde su fundación en el 39. Sólo por poner ejemplos llamativos: En 1982 Pablo Emilio Madero ganó su candidatura contra Luis Castañeda y Héctor Terán, en el 88 Manuel J. Clouthier (el Maquío) ganó su candidatura contra Jesús González Schmal y Salvador Rosas Magañón, en el 94 Diego Fernández ganó contra Adalberto Rosas, Javier Livas y Eduardo López, en el 2000 Fox fue la excepción y candidato único… de ahí en adelante es más fácil recordar.
- La democracia interna que siempre se ha vivido dentro de Acción Nacional es precisamente la bandera inicial para poder exigir democracia y para todos los cambios de que desde finales de los 80 se empezaron a dar en materia electoral.
- La democracia interna es también lo que genera el 90% de los problemas internos del PAN. Las descalificaciones y acusaciones entre compañeros que se vuelven morbosas en los medios, las demandas en tribunales, el tema de las afiliaciones para ganar elecciones internas y tantas cosas más. Atreverse a ser democrático y a someter a debate abierto posiciones y pasados es definitivamente una ventaja para elegir mejores candidatos pero es una desventaja si se mide contra el PRI que para elegir a sus candidatos simplemente recoge lo que va dejando el dedo que elige, el PRD que nace como cola de caudillo y en sus 5 elecciones a la Presidencia de la República ha tenido dos candidatos y por lo que se ve hasta hoy serán 6 elecciones con 2 candidatos. El resto de los partidos no vale mucho la pena plantearlo porque o son candidatos “naturales” (aquellos que tienen la franquicia) o bien son candidaturas casi rifadas a quien se preste.
- Apostar a la democracia es apostar a la congruencia y es tan incongruente el que piensa que puede cooptar un partido como el PAN como aquel que celebra diciendo que “no todos los candidatos son de un grupo” o “se la ganamos a los líderes locales…”. La democracia no la hacen los que ganan, la hacen los que pierden y si hay malos ganadores habrá malos perdedores siempre.
- Si le sorprenden los resultados tal vez usted no ha vivido la democracia en primera persona.
Para terminar creo que es justo señalar que las contiendas democráticas suelen dar sorpresas que después de pasada la contienda tienen mucho sentido. Hemos visto sorpresas que van desde Senadores o Diputados que pierden una interna contra militantes de a pie y hasta la candidatura a la Presidencia de la República.
Ser demócrata es asumir un riesgo, es poner en la balanza las ideas y las trayectorias de más de una persona y ojalá se atrevieran a tomar ese riesgo los demás partidos para que sean menos los Abarca o los Peña Nieto y más los Maquío o los Castillo Peraza. O dicho de otro modo; no creo que Peña Nieto hubiera salido librado de un proceso interno en donde fuera realmente cuestionado por algún compañero de su partido y no creo que Abarca hubiera logrado la candidatura si se hubiera puesto en la balanza sólo un poco de lo que se ha visto que es.
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