El PAN de hoy: Sus dirigentes y sus militantes

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Por: Tomás Trueba Gracián

Acción Nacional es una organización ciudadana, es un instrumento para mover las almas y crear ciudadanía. Fue fundado para cambiar la vida de México, fue concebido como una Institución que buscaba “Una Patria Ordenada y Generosa, con una vida más digna para todos”.

Desde su fundación además de sus Principios de Doctrina, su visión humanista en la política se tuvo muy claro que sus militantes (activos, adherentes y simpatizantes) cumplieran cabalmente con sus estatutos y sus reglamentos. Que el panista tuviera una forma y estilo de vida impecable, que participara en la vida interna del PAN con generosidad y participara en favor de su comunidad y municipio.

Hoy en Acción Nacional existe la figura del militante activo y del adherente solamente, con obligaciones claras y derechos concretos. Pero la idea original no se ha perdido el de respetar la dignidad de la persona humana y ser ejemplo de vida. La Doctrina del PAN no es una obligación mínima, es un faro que debe guiar el actuar de los militantes.

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Pero la realidad es que desde hace muchos años la mayoría de los militantes del PAN dejaron de ser “Miembros Activos” para convertirse en simples observadores y peones de los dirigentes y de los caudillos sin escrúpulos que se adueñaron del PAN movidos por sus apetitos personales.

Ante esta situación el Partido que velaba por los principios éticos de la política dejó de ser un Partido de principios, el Partido que velaba por la dignidad de la persona humana, pisoteó la dignidad de las personas. Los militantes permitimos la descomposición del PAN. Dejamos de ser autocríticos, dejamos de mirar hacia el interior para corregir los vicios y por ende dejamos que los caudillos y caciques se adueñaran de la Institución. Y todo por dejar a un lado la capacitación constante.

Eso nos llevó a tener gobiernos lejanos de la ética, nos llevó a tener gobiernos sin buscar el Bien Común, nos llevó a tener las dirigencias municipales, estatales y nacional totalmente amañadas y con la única preocupación de tener poder, cargos públicos y manipular al militante. La falta de participación con vocación ética desdibujó al PAN.

Las asambleas, las convenciones y los actos de Partido que se realizaban para tener democracia y libertad se perdieron, todo se volvió un circo. La actuación de los Consejos Estatales y del Nacional, como un órgano de conciencia y dar rumbo al Partido se acabó, se volvieron el lugar preferido para aplaudir y alabar al Presidente y sus secuaces.

Hoy vemos con preocupación, y muchos ocupándose, y tristeza que Acción Nacional sigue en picada, sigue en caída libre. Las dirigencias del PAN están más preocupadas en ver cómo quedan acomodados sus cuates en cargos, ver como acomodan personas para controlar “la democracia”, ver como conservan el poder que en ver como se compone esta Institución que era distinta y distinguible, que era de confiar, que era motor de la democracia para México y la libertad.

Da mucha pena ver que grandes figuras del PAN, gente que era ejemplo hoy son comparsa de los caudillos, hoy ocupan cargos de alto nivel en la dirigencia del PAN pero no hacen nada por remediar la situación. Da pena ver como ex funcionarios de alto nivel no mueven un dedo para remediar la situación, hay abandono a la vida interna del PAN y esa omisión genera igual descomposición. Desde la época de la primera presidencia de Madero fue permisivo con los CDE para hacer lo que quisieran, se fue permisivo para no exigir más capacitación y tener además más afiliación de ciudadanos de primera que querían estar en el PAN. La degradación continuó, los dirigentes solo buscaban acomodar las fichas del poder, como el del corrupto Jorge Romero coordinando al Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, por poner un ejemplo.

En el momento que sorpresivamente para unos, pero esperado por otros, llega Marko Cortés a presidir el PAN, éste pierde más de lo que había perdido. Tiene el PAN un dirigente a punto de reelegirse que no sabe dirigir, que no tiene discurso, que no tiene tatuados los valores y principios del PAN. Él solo piensa en él y como tener más poder. Lo conozco muy bien y no es capaz de tener un debate de ideas centradas en la Doctrina del PAN, solo sabe evadir y dar largas, es muy acomodaticio y comprador de dignidades.

Lo que hace Marko es cooptar a los dirigentes, es dar cargos a “líderes” para perpetuarse en el poder por sí mismo o a través de sus marionetas. Lo que se lo olvida es el refrán de “Cría cuervos y te sacarán los ojos” como le pasó a Madero con los monstruos que dejó: Ricardo Anaya y Marko Cortes. Y eso pasa porque no hay convicción de servir, no hay camaradería castrense solo hay ambición y apetito personal.

El próximo año tendremos nuevamente elecciones para gobernador, alcaldes y diputados locales. El próximo año el PAN nuevamente tiene que pasar por la calificación ciudadana, tres de los estados que gobierna van a proceso electoral: Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. Si Acción Nacional sigue así, si Marko no se va, el PAN va nuevamente a perder. Ya este año fue el gran perdedor, veamos el 2022. Entre los presidentes y los miembros de las dirigencias están acabando con la poca credibilidad que le queda al PAN.

Yo tuve la oportunidad de ocupar cargos públicos gracias al PAN, tuve la oportunidad de ser un funcionario del CEN del PAN y en este último cargo a pesar de los esfuerzos de muchos panistas distinguidos y de un servidor no logramos impregnar de ética al militante y a sus dirigentes. Sí señalé y acusé cuando había corrupción, cuando había descomposición, no logré que se acabara, sí logré estar en la lista negra y ser bloqueado de toda actividad interna. Reconozco fallé en mis propósitos y encomiendas pero no por solapar sino por señalar y a lo mejor por no tener la capacidad necesaria. Pero los valores y principios el PAN los respeto y los sigo aún en la vida política.

Marko y muchos dirigentes actuales del PAN a nivel nacional, estatal y municipal deben de irse, deben tener dignidad y respetar la democracia y la ética, deben renunciar y dejar al militante ejercer con libertad sus responsabilidades. Y los militantes dar un golpe de timón y ser más activos bajo el paraguas de la ética panista.

 

 


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