Estamos en plena jornada post-electoral del 7 de junio, días en que las votaciones son contadas y vueltas a contar en ocasiones, en que se preparan y se presentan protestas y acusaciones ante órganos electorales y judiciales. Mucho qué hacer pues para las cúpulas partidarias.
En tales circunstancias, la contienda verbal escrita para la nueva elección presidencial del CEN del PAN ha iniciado, y antes que todo Margarita Zavala ya dijo ¡estoy lista! Partidarios suyos, organizados o individualmente, se dedicaron en los meses recientes a apoyar sus posibles candidaturas al CEN este año o al 2018. Pero Margarita les dijo varias veces: ¡esperen! Ahora es tiempo de apoyar a los candidatos panistas, pasada la elección veremos. Pero muchos no le hicieron caso. A algunos se los hice notar.
Pero ahora sí, ya pasaron las elecciones y se abre un periodo informal de campaña a la presidencia del panismo, ya que Gustavo Madero, quien debe convocar a elecciones, dijo que espera que para el 31 de agosto el PAN ya tenga nuevo presidente.
Por supuesto que por ahora no es tiempo formal de campañas, pero eso no impide a quien sea el manifestar sus preferencias y sus rechazos. No ha faltado alguna voz que diga que son campañas anticipadas, pero no lo son, pues son opiniones personales. Hay sin embargo algunas declaraciones directas, como la emitida por Margarita Zavala diciendo que está lista, pero realmente no dice a qué, aunque todo mundo sabe a lo que se refiere.
Pero junto a los abiertos apoyos que llenan las redes sociales, sobre todo Facebook apoyando a Margarita, hay también una serie de señalamientos de mal desempeño electoral contra Gustavo Madero, acusaciones directas de lo que se considera un fracaso electoral, medido en número de votos a favor del PAN, como lo ha hecho Felipe Calderón en Twitter principalmente. Lo que a Gustavo le parece un triunfo a muchos les parece un fracaso, en el PAN y entre analistas políticos ajenos a éste.
¿Por qué el fuego cruzado contra Gustavo? Por dos razones principalmente. Una es manifestar que su administración del panismo ha tenido muchas tachas, y de todo tipo, desde el amiguismo hecho o permitido de candidaturas, hasta la acusación de no haber hecho nada frente a acusaciones de corrupción de panistas distinguidos del llamado maderismo.
De esto se deriva la otra razón, hacer que los militantes vean a Ricardo Anaya como parte de un equipo que ha hecho mal las cosas, y que por lo tanto, no debe ser el próximo presidente del partido.
Se supone que Ricardo es un panista al servicio de Gustavo Madero, y además incondicional y sumiso, y que partiendo de este supuesto, no hará más que lo que le sea ordenado por “su dueño” Gustavo. Comenzando por nombrarlo coordinador de la fracción parlamentaria de diputados federales. ¿Lo haría? Sería la prueba de fuego.
Pero ¿hasta dónde es verdad esta visión de Ricardo Anaya? Yo no podría afirmarlo, pues durante su presidencia efímera se le vio muy conciliador. Habrá que hacer un minucioso análisis tanto de su desempeño presidencial como del que ha desarrollado estos meses recientes, sobre todo en las campañas particulares. Lo que es evidente es que se ha estado en los medios todos los días, como vocero de la diputación panista.
Pero de aquí pasamos a la preocupante guerra sucia que ya se da contra Madero y Anaya. Hay que separar, son dos personas diferentes y ambos han sido acusados de muchas fallas, omisiones y faltas graves. Que se les acuse, por lo conocido en los medios de información y lo que puede razonablemente deducirse, es una cosa, pero de allí a pasar a la injuria y denigración es otra cosa.
La verdad es que el maderismo en conjunto, y en particular su líder Gustavo han cometido suficientes faltas y fallas en estos últimos meses, sobre todo de su segundo mandato, como para tener que recurrir a la vergonzosa guerra sucia, dizque para favorecer a Margarita Zavala.
Margarita no necesita la guerra de insultos y escarnio, y además no es su estilo, que ha sido elegante, cuidadoso, directo, firme y propio de toda una dama. Bien se le ha dado a entender en algunos casos a quienes hacen guerra sucia contra Madero y Anaya que “no es por allí”. Y por supuesto que no es por allí, y en vez de beneficiar a Margarita perjudican su buena imagen política y personal.
En la campaña para la elección del CEN el año pasado, la gente de Madero hizo no solamente una serie de trampas descaradas (y bien comprobables) en su lucha contra Ernesto Cordero, sino una auténtica guerra sucia de denigración contra Cordero y Oliva, que por cierto le hizo mucha gracia inmadura a algunos fans de Madero.
La gente detrás de Gustavo Madero y que se supone estaría en una campaña de Ricardo Anaya frente a Margarita, ya demostró su capacidad y falta de escrúpulos para esa guerra sucia, así que mofarse de Gustavo y Ricardo estas semanas llevará sin duda a otra guerra sucia de ambas partes. ¿Atacarían a la persona de Margarita? Creo que sí. De paso: que hubo también malas prácticas de la gente de Cordero, sí, pero en mi opinión muy debajo de lo que hicieron los maderistas.
Por estas razones, y sobre todo porque en política ya se sabe cuáles son las consecuencias de la competencia electoral inescrupulosa e inmoral, debe detenerse la guerra sucia que ya se está dando por quienes, al apoyar a Margarita de manera errónea, perjudican su buena imagen. Hay mucho que criticar y señalar al maderismo como para tener que recurrir a bajezas ¡hay que dejar eso atrás!
Como bien decimos los mexicanos “¡(así) no me defiendas compadre!” se puede decir de parte de quienes quieren llevar a Margarita Zavala a la presidencia del CEN y quizás a Los Pinos en 2018. Dignidad y altura en las campañas, es lo que requiere el PAN.
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