Consolidación

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Por mucho la noticia de la llegada de “El Bronco” es el evento más importante de 2015 con consecuencias para el nuevo año.

 Un cambio con repercución nacional. Es tan grande el salto que dió Nuevo León, que sigue habiendo quienes aún no se la creen. Allá ellos.

El mérito se comparte entre Jaime Rodríguez y su equipo de osados y el pueblo de Nuevo León. “El Bronco” supo estar en el lugar indicado a la hora indicada con la propuesta indicada. El pueblo de Nuevo León supo detectar la oportunidad y no la dejó ir. 

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Esta vez, como excepción, del plato a la boca no se nos cayó la sopa.

Como observador de la realidad mexicana veo a 2016 como el año de la consolidación de lo avanzado. No se puede cantar victoria porque los cambios que ya empezamos a ver han sido hasta ahora más de actitud que institucionales. Me refiero al proceso de transición indiscutiblemente mejorado y un arranque en el que el Gobierno abre las puertas a una transparencia de a de veras. Habrá que cambiar leyes y estrutcuras para cantar la victoria definitiva.

Los únicos que en este momento afean un poco el inicio del nuevo estilo de Gobierno han sido algunos de los diputados en el Congreso del Estado. 

Parece que es allí donde las estructuras del siglo XVIII que venimos arrastrando, llamadas partidos políticos han escogido hacerse fuertes y parapetarse contra el cambio que ni quieren ni entienden.

Sin embargo el papel de mal tercio que hacen los diputados entre “El Bronco”  y el pueblo no me preocupa. Pueden cambiar y si no pues habrá elecciones pronto. Así como van será difícil que estrenen las posibilidades de reelección. O sea aclimatan o aclifriegan.

Lo ideal sería ir junto a esta nueva oportunidad de consolidadación que se presenta en 2016. Eso es lo correcto, lo deseable pero la mayor responsabilidad recae en el Gobernador independiente.

Querámoslo o nó, Nuevo León es el barco insignia en un movimiento político que podría y deberá, por el bien de nuestro querido País, marcar el rumbo para otros bronco—candidatos a lanzarse por la libre.
 Hay que dejar secos a los partidos que tanto daño hacen. 

Recuerdo, y perdón por el desliz histórico, que en 1985 la elección frustrada de Fernando Canales marcó la tendencia que vendría en 1986 en Chihuahua, Durango, Sinaloa, Puebla y otros estados en lo que sería el fraude patriótico. Esa desviación le costó a México estar parqueados 30 años en el sub—desarrollo.

La lista de posibles gobernadores independientes empieza a tomar forma. Para Chihuahua surge “El Chacho” Barraza con amplia e intachable trayectoria en el área empresarial. 

En Veracruz se rebela un nuevo ex-panista, Juan Bueno Torio, también gente de primera. Y así podríamos seguir abundando para la consolidación.

Tanto aquí como en esos estados con elecciones en 2016 deberán estar muy conscientes de que el Cofipe, resultó la entronización de los partidos políticos subsidiados. Será casi imposible lograr que sean los propios partidos los que legislen su auto—destrucción. Ésto nos toca a los ciudadanos con el poquito poder que arañamos a la Constitución y a las leyes electorales.

La consolidación ciudadana en Nuevo León se incribe en una tendencia mundial sobre la que no me canso de escribir. Se trata de la desintermediación o aplanamiento de las estructuras organizacionales que se logra gracias al abaratamiento del flujo de información y conocimiento.

Las nuevas tecnologías van a generar nuevas formas de auto—gobierno jamás imaginadas. Sabemos que no contamos con los partidos para hacer esta consolidadación de la libertad, la nueva independencia como le llama “El Bronco”. 

Si hay quienes quieren estorbar o hacerle a los amargosos aguafiestas, allá ellos. Nada podrán hacer contra un pueblo con la mente clara en lo que quiere. Ese es Nuevo León que queremos enfocar en el 2016.


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