El PRD reconoció que el gobierno del mandatario perredista de Morelos, Graco Ramírez, quedó rebasado por la delincuencia organizada, y su estrategia de mando único contra la inseguridad, al igual que la del gobierno federal, han fracasado.
El asesinato de la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota, ocurrido el sábado, demuestra que la “guerra contra el narcotráfico” iniciada por el ex presidente Felipe Calderón y continuada por el mandatario Enrique Peña Nieto “no han dado los resultados esperados”, advirtió la secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, Paloma Castañón.
“La estrategia de seguridad ha fracasado y el gobierno estatal está rebasado”, sentenció.
De acuerdo a la perredista la falta de una política integral de combate al crimen organizado ha fortalecido la presencia y la predominancia de los cárteles mexicanos, en lugar de debilitarlos, “a esto se suma un deficiente combate a la corrupción y la impunidad, que se encuentran arraigadas en las instituciones del país”.
“Estos acontecimientos indican que la estrategia de seguridad pública a través del mando único no es del todo eficiente y que seguramente deberá atenderse y corregirse las deficiencias”, declaró por su parte el secretario de Acción Política Estratégica del PRD, Alejandro Sánchez Camacho.
Por eso advirtió que promoverán un encuentro del CEN perredista con todos los gobernadores emanados del PRD “para construir una agenda de trabajo en torno a sus estados y el diagnostico en la perspectiva de seguridad pública”.
Con el mandatario de Morelos, Graco Ramírez, el encuentro será propuesto –dijo- “para que nos comparta, cuidando la secrecía de la información de la investigación” los datos entorno a lo ocurrido con el crimen de Mota.
En tanto, Enrique Vargas Anaya, secretario general del PRD en el Distrito Federal y ex vicepresidente de la Asociación de Autoridades Locales de México, A.C (AALMAC), recordó que en esa organización que reúne a ediles de extracción de izquierda “siempre nos opusimos al mando único ha generado desprotección a los alcaldes”.
Ha traído consigo extrema centralización “fue un fracaso y que ahora con este hecho tan lamentable para todos nosotros queda demostrado que el mando único no tienen ninguna respuesta positiva para abatir la inseguridad en las comunidades municipales.”
De acuerdo a los perredistas todos los presidentes municipales independientemente del partido del que hayan surgido “están en grave riesgo”.
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