Los resultados de la encuesta de El Universal/Buendía&Laredo publicada esta semana coinciden con lo que ha venido sucediendo en varias de las últimas elecciones en el país, es decir, que el PAN postulando buenos candidatos gana uno a uno al PRI. De cara a las elecciones presidenciales de 2018, la citada encuesta muestra que en un careo entre aspirantes en lo individual, Margarita Zavala con un 24% de preferencias ganaría a Miguel Ángel Osorio Chong con un 23% y a Andrés Manuel López Obrador con un 20 por ciento.
Sin embargo, la sumatoria de los partidos en alianzas con cada aspirante cambia radicalmente la ecuación. Así, si Andrés Manuel López Obrador fuera postulado por la alianza PRD-PT-MC-Morena incrementa sus preferencias a 28%; Miguel Ángel Osorio Chong postulado por el PRI-PVEM-Panal queda en segundo lugar con un 26% y Margarita Zavala al abanderar sólo al PAN también obtiene un 26% de preferencias. Nótese que, según la encuesta, aún con dos partidos sumados al suyo, Osorio apenas lograría empatar a Zavala. De no ser postulado López Obrador por el PRD sino solamente por Morena, MC y PT, éste alcanzaría apenas el 23% de preferencias.
El PAN tiene un problema porque carece de aliados naturales de entre los partidos existentes y porque más allá de identidades ideológicas o programáticas el PVEM, el Panal e incluso el PT como en los viejos tiempos, hacen las veces de partidos satélite del PRI. Las elecciones de Colima y San Luis Potosí, por mencionar sólo dos ejemplos de varios que incluyen resultados en municipios importantes del país, son una muestra de que el PAN tiene que reflexionar seriamente sobre su estrategia frente a las 13 elecciones de junio de este año y de cara al 2018. En Colima, este enero el candidato del PAN Jorge Luis Preciado obtuvo 17 mil votos más que los del PRI y en San Luis Potosí Sonia Mendoza obtuvo para el PAN en 2015 casi 12 mil votos más que los del PRI. En ambos casos, que más electores hayan preferido al PAN sobre el PRI no fue suficiente porque los votos del Verde, Panal y PT dieron el triunfo a los candidatos priistas.
¿Cómo entonces puede el PAN ganar elecciones? Convirtiendo en ventaja lo que hasta ahora ha sido una desventaja. Su soledad en el espectro político como el único partido de centro de derecha en México puede transformarse en su mayor oportunidad si el PAN se comporta como el PAN y logra que, de entre el casi 70% de electores que normalmente no va a votar, una parte se convenza y lo haga por sus candidatos. Pienso en las familias de las clases medias de las zonas metropolitanas que hoy piensan que nos mimetizamos con el sistema que otrora buscamos combatir; en los pequeños y medianos empresarios —que generan la mayor parte de los empleos— y que han dejado de contar con el PAN como una voz que haga eco a sus preocupaciones; o en los jóvenes que ya no ven en Acción Nacional, como lo hizo mi generación en los 90, un instrumento democratizador, transformador, y una esperanza de mejor futuro.
Una vez concluida la etapa de selección de candidatos que competirán en junio próximo, creo que el PAN debe acompañar las campañas locales con un mensaje paraguas nacional sobre nuestra oferta política, pero sobre todo con una serie de acciones que lo hagan creíble. Volver a las calles abanderando las causas de la agenda y pasar del discurso anticorrupción a una agenda de rendición de cuentas, de apertura a la participación y escrutinio ciudadanos, de austeridad y de renuncia de privilegios por parte de nuestros gobiernos y legisladores sería un buen comienzo. Sólo así el PAN podrá tener los mejores aliados posibles: los electores.
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