Chihuahua, la puerta al 2018

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Se han hecho todos los análisis de la elección del pasado 5 de junio, que sin duda marcan ya un hito en la historia de los procesos electorales del país, el hecho central lo constituye las victorias del PAN en siete de doce estados de la República, la derrota del PRI y las alianzas del PAN y PRD en algunos de ellos; se destaca el origen partidista de algunos de los candidatos hoy gobernadores electos y por supuesto los escenarios para la elección presidencial del 2018.

Sin embargo, dentro de lo que se destaca, me parece que la elección en Chihuahua en la que ganó Javier Corral, merece atención especial, por varios elementos.

Primero es una elección que se construyó desde abajo, con una salida muy lejana en las encuestas de más de 15 puntos y de hasta 25 en algunas otras, mediación que en enero, marcaba lo que el PRI siempre creyó que era una ventaja inalcanzable.

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Enero y esos números fueron el punto de partida, con una campaña llena de esperanza e ilusión, con un candidato entregado y con una población ambienta de justicia, de certidumbre, cansada de mentiras y de falsas promesas.

Aseguró categórico que fue una campaña austera, que ponderó la verdad por sobre la guerra sucia, que camino calles y toco puertas, que dejó de lado el glamour y el gasto superfluo. Fuimos por cada elector prácticamente a su casa.

En esta campaña, la de Chihuahua, se comprobó que el electorado y la sociedad en general es madura y como tal debe tratársele, que los falsos discursos, los falsos mecías, los salvadores del mundo y sobre todo los hipócritas, no son más bien venidos a la escena.

Así queda de manifiesto con los resultados de Gobernador, donde el PAN obtuvo 517,018 votos, lo que representa el 39.68% de la votación total, mientras que el PRI logró 400,515 votos, lo que representa el 30.74% de la votación. Esto da una diferencia entre el ganador y el segundo lugar es de 8.94%, o lo que es lo mismo 116 mil 503 votos.

Estos números no sólo son el reflejo del triunfo de Acción Nacional, representan una caída libre del PRI que en 2010 obtuvo 600,35 votos en la elección a gobernador. De esa elección de 2010 a la elección de 2016, 199,830 ciudadanos dejaron de votar por el PRI, y el 58.3 % de esa diferencia, fue para el PAN.

Por los datos que se tienen, tengo la tesis, que hubieran sido los jóvenes quienes forjaron la diferencia.

En Chihuahua existía un ingrediente adicional, que vino a poner en suerte la decisión de una ciudadanía madura, el candidato Independiente, fue factor determinante para detonar una participación volcada al PAN, pues su incursión nunca quedó definida claramente, pues más pareció, a lo largo de la campaña, que estaba haciendo una parte del trabajo sucio o del PRI, al utilizar las mismas y añejas prácticas.

José Luis Barraza obtuvo un lejano tercer lugar con 18.63 por ciento, de la votación, y aquí se debe destacar que en Chihuahua ningún partido, en tercer lugar, había obtenido más del 12 por ciento.

Aquí vale una comparación, para el análisis profundo, 1992 con el PAN salió a votar 62.20% del padrón, lo que llevo al triunfo a Pancho Barrio, a partir de ahí la participación fue disminuyendo, hasta el 41% de la elección a gobernador de 2010; así que el reto principal era que los electores salieran a votar y el objetivo se logró con la participación del 48.6%…

La victoria de Javier Corral no debe tomarse como una ola de triunfos del panismo, está, sin demérito de ninguna, fue una auténtica victoria de la democracia por la capacidad de confluencia política del candidato, sustentada en la consistencia de su trayectoria política, sus propuestas demócratas, su calidad moral y visón de Estado, cualidades que sin duda generaron confianza para que se diera esa coyuntura política que permitió que se uniera no sólo el PAN, sino figuras representativas de la izquierda y de la sociedad civil del país.

A pesar de la guerra sucia del adversario y del aparato estatal, que incluían encuestas sopeadas que daban anticipadamente mayores posibilidades de triunfo al candidato del PRI, la ciudadanía chihuahuense se aferró a la consistencia de las propuestas.

Aquí valdría la evaluación de casi todos los encuestadores, que engañaban a propios y a extraños, o simplemente no saben cómo medir Chihuahua en la actualidad.

Pero más allá de las cualidades demócratas y de la solidez de la propuesta y visión del candidato, un factor determinante en la victoria fue sin duda el Partido Acción Nacional, no sólo por el respaldado total y absoluto de todos, los encumbrados y los de a pie, sino por lo que representó en la elección de la ciudadanía a la hora de votar.

He sostenido que en la pasada elección no sólo se castigó a los gobiernos corruptos, estoy convencido de que el cinco de junio la ciudadanía salió a votar por el PAN, y eso no debemos perderlo de vista, es esta una nueva oportunidad, la oportunidad del reencuentro con los ciudadanos; es este el paso más sólido para pensar no sólo en la presidencia de la República en el 2018, sino en cómo hacer para resolver la problemática grave en que estamos todos los mexicanos.


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