Alemania se prepara para unas elecciones federales decisivas este domingo 23 de febrero, tras el colapso de la coalición «semáforo» liderada por el canciller Olaf Scholz. Los partidos políticos llegan a esta contienda en un escenario marcado por la polarización, la crisis económica y el debate migratorio, con encuestas que anticipan un cambio en el equilibrio de poder.
Los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU/CSU), encabezados por Friedrich Merz, lideran los sondeos con un rango de 27% a 32% de intención de voto, según institutos como INSA y Forschungsgruppe Wahlen. Este repunte refleja el desgaste del Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, que cae al 15%-16%, un desplome histórico tras ganar en 2021 con 25%. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), liderada por Alice Weidel, se consolida como segunda fuerza con 20%-22%, capitalizando el descontento por la inmigración y la recesión. Los Verdes, con Robert Habeck, rondan el 13%-14%, mientras que el Partido Liberal (FDP) lucha por superar el 5% necesario para entrar al Bundestag.
La formación de gobierno será clave. La CDU/CSU rechaza pactar con AfD, lo que apunta a una posible «gran coalición» con el SPD o una alianza con Los Verdes, aunque las diferencias ideológicas complican esta última opción. El auge de AfD, especialmente en el este, pone a prueba el cordón sanitario tradicional de los partidos centristas.
Dato de interés para México: El sistema electoral alemán combina votos directos por distrito y proporcionales por partido, similar a nuestro modelo mixto, pero con un umbral del 5% que define quién entra al Parlamento. Con una economía en recesión y tensiones globales, el resultado influirá en Europa y más allá, en un año electoral que también mira a 2026 en México.
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