En toda la prensa ha salido que el PRI expulsó de sus filas a los candidatos Reyes Zúñiga Vázquez, del Municipio de Hidalgo; Gustavo Estrella Cabrera, del municipio de Villagrán; y Luis Cesáreo Aldape Lerma, del municipio de Mainero, todos en el estado de Tamaulipas.
La razón de su abrupta salida –según el presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones– fue que los candidatos a presidentes municipales habían sido amenazados por el crimen organizado para que apoyaran al PAN.
Con esta afirmación que el mismo Beltrones publicó en la red social Twiiter, emite una de las declaraciones más infantiles de su vida política, pues hace una denuncia pública en donde dice que sus candidatos fueron amenazados por el crimen organizado y, en lugar de ofrecerles el apoyo y protección de su partido, simplemente los expulsa; es más sospechoso aún cuando no se sabe que exista alguna denuncia penal levantada por el PRI en contra de sus ahora exmilitantes.
La reflexión es obligada cuando conocemos que en el estado de Tamaulipas es el PRI quien detenta la gubernatura, las estructuras de seguridad pública son manejadas por mandos que provienen del gobierno estatal priista y además el gobierno federal es del mismo partido; así que el presidente del PRI no puede alegar que sus correligionarios no podían haber recibido protección por parte de las fuerzas de seguridad, sean estatales o federales.
¿Cómo es posible que el PRI no pueda darles protección a sus candidatos? La respuesta es más simple de lo que se cree. En Tamaulipas no ha habido alternancia, ha sido gobernado por el PRI desde siempre, y en últimas fechas de todos es conocido que el narcotráfico, protegido por sus gobernantes, ha sentado sus reales en la entidad; de todos es conocido la brutalidad de la guerra entre cárteles que ha azotado el territorio tamaulipeco.
Los ex gobernadores Eugenio Hernández Flores (2004-2010) y Tomás Yarrington Ruvalcaba (1999-2004) tienen procesos abiertos en Estados Unidos por operaciones ilícitas, entre ellas lavado de dinero para el Cártel del Golfo. El ex Gobernador de Tamaulipas Manuel Cavazos Lerma (1993-1999) también es investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) por presuntas relaciones con el crimen organizado.
Los tres ex gobernadores son miembros del PRI y todos ellos están presuntamente vinculados con el narcotráfico en la entidad y mantienen procesos abiertos.
Todavía está fresco en la memoria el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura del estado de Tamaulipas, Rodolfo Torre, a manos del crimen organizado.
Todo lo anterior es conocido por toda la población del estado y en gran parte del país.
Ahora, el presidente del PRI finge no recordar esos antecedentes y manifiesta que los tres candidatos a alcaldes fueron amenazados, para después pasarse al bando de los malos y apoyar al PAN. Un niño de 6 años inventa mejores excusas.
Pero para acabarla de amolar, los candidatos del PRI a las alcaldías han retado a Manlio Fabio Beltrones a que demuestre lo que afirma. «El que acusa debe comprobar su dicho», afirmaron los candidatos expulsados.
Los tres “ex” han manifestado que es la gente, los ciudadanos, los que ya están hartos de promesas sin cumplir, que ya están hartos de la violencia y de exigir resultados al gobierno priista para que les brinde seguridad y que no ven resultados.
Los expulsados reconocen que los priistas no han podido resolver el problema de la violencia y el narcotráfico y que es su propio partido, el PRI, el que ha tolerado, fomentado y solapado las actividades delincuenciales de los señores de la droga.
También reconocen que su expartido los abandonó a su suerte cuando ellos no quisieron integrarse a las «estructuras mafiosas» y se negaron a aceptar los acuerdos oscuros que el PRI tiene en la zona.
Este partido está consciente que muchos de sus políticos han sido identificados e investigados por sus relaciones con el narcotráfico, en México, Estados Unidos y España, entre otros países. El PRI ha demostrado palmariamente que sus «estructuras» están enfermas, corruptas, penetradas por el crimen organizado y ya no tienen a quien echarle la culpa.
La sociedad tamaulipeca está atrapada entre la violencia que ejercen los del cártel del Tricolor, los Zetas y el Cártel del Golfo; la sociedad tamaulipeca quiere que en el gobierno ya no estén los mismos, los tamaulipecos quieren darle ahora la oportunidad a otros para que las cosas cambien.
Por eso ahora Beltrones, infantilmente, usa la estrategia de gritar «al ladrón… al ladrón…» para distraer a los pocos que no se han dado cuenta de su forma de operar. Trata de endilgar los enormes errores de su partido a otros.
Y para los que aún creen en el PRI:
Hace unos días en Veracruz, Alejandro Baquedano, delegado federal de PROSPERA reconoció en una grabación que se hizo pública, que lo primero que hizo al entrar en gestiones fue «correr» a aquellos delegados que no eran simpatizantes del PRI. Lo mismo se repitió en todo el territorio nacional.
La frase que más indigna a los mexicanos es la que Baquedano dice en esta reciente grabación y resume claramente lo que sucede en las gestiones priistas: «El que reparte tiene el capital político», en referencia a los programas sociales y a como el PRI usa la pobreza en su beneficio.
@EnriqueDavilaV
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