Acción Nacional ayer y hoy

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Cuando Don Manuel Gómez Morín vislumbra un México democrático, libre, con ciudadanos comprometidos y un gobierno digno en busca del Bien Común decide crear una institución permanente ciudadana por lo cual invita a un grupo de personas con ideales humanistas, una vida honesta y comprometidos en la misma causa.

Acción Nacional nace para crear la ciudadanía que tanto faltaba, nace para generar conciencias democráticas y de libertad, nace con la intención de mover las almas, no  con la visión efímera de ganar una elección, sino con la visión permanente de acabar con la simulación, el caudillismo y la falta de libertad.

No se busca el apetito personal, y mucho menos el cercar huertitos de vanidades, se busca la política con visión humanista, con principios, que ese grupo de personas trabajen con camaradería castrense y siempre evitando la “Neurosis de la Escaramuza”.

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Acción Nacional se define como la organización permanente de ciudadanos que lejos de prejuicios, resentimientos ni apetitos personales lleven el ideal de hacer valer la conciencia en busca de una vida digna, respetando la dignidad de la persona humana, no tiene dueños, no tiene caciques, tiene líderes con un amplio sentido del servicio político.

Las mujeres y hombres panistas viven la Doctrina día a día, son un vínculo alegre entre la tradición e innovación para engarce con las nuevas generaciones, no ponen su corazón en el poder, pero esa capacidad se ha perdido, hoy Acción Nacional se ha envuelto en el caudillismo y la pérdida de identidad por dejar a un lado la Doctrina y solo buscar el triunfo electoral.

Un triunfo electoral que viene solo cuando el Partido trabaja día a día con la ciudadanía, cuando día a día lo representa, cuando se identifica con sus problemas y busca resolverlos, cuando somos una fuerza opositora, el triunfo que ha venido cuando los gobiernos son panistas y no solo cuando alguien gana por la magnanimidad institucional que le prestó su bandera. No es lo mismo un gobierno panista a que gobierne el PAN.

Desde su fundación el PAN tuvo claro sus prioridades, su visión de Nación, sus principios por los cuales luchar y siempre en el centro estaba el ciudadano, hoy se ha olvidado eso y ponemos en el centro a personas que no han aportada nada para el Bien Común y la dignidad humana.

Acción Nacional era un Partido con identidad propia, era distinto y distinguible, con militantes trabajando por la misma causa, con honestidad y muy alejados de la sombra de la corrupción, valor agregado y respetado por la ciudadanía y admirado por los contrincantes políticos. Era fácil señalar errores y el caos político sin que nos reviraran la bolita, hoy se ha perdido.

Veamos las candidaturas para los procesos locales de este año, ya no apostamos por nosotros buscamos el ganar por ganar sin importar las consecuencias, tenemos alianzas raras con la izquierda, con 7 de 12 candidatos ex priistas, no es malo que lleguen al PAN de otros partidos políticos, lo malo es que la mayoría no absorben y mucho menos practican nuestra Doctrina, lo malo es que los vicios los dispersan y corrompen el panismo, traen consigo la política clientelar y caudillista, aunado a que la mayoría de los militantes les compran ese oropel tenemos una perversión interna seria.

Debe ser motivo de reflexión que solo tenemos 3 ó 4 candidatos a gobernador de calidad panista al 100% y ojo SOLO UNA MUJER, de doce, solo una mujer. Y quiero reiterar cualquiera que tenga una forma honesta de vida, que lleve las bases humanistas de la política, que respete la dignidad humana, que busque el Bien Común puede ser nuestro candidato, no hay discriminación por eso, es por el estilo de hacer la política. Y sumemos al desconcierto de hoy y que produce ruptura interna la imposición cupular de candidatos y de dirigentes para ocupar cargos de ediles, de diputados locales, chambismo.

Los panistas no son solo los militantes con una credencial que les acredita la pertenencia, los panistas son las personas que buscan mover almas, crear conciencia ciudadana, que ve la política como un medio para lograr el Bien Común, desde la trinchera que ocupan, los que simpatizan con la libertad, con la democracia, con la igualdad, los que respetan la vida, respetan la justicia, respetan la verdad y sobre todo respetan la dignidad humana.

La ética política la hemos dejado a tras porque dejamos de capacitar, dejamos de invitar a ciudadanos a sumarse por la convicción del valor del Partido, hoy se afilian personas para tener la “fuerza interna”, tener el “control partidista” para ganar procesos internos, cuando los hay y poder tener dirigentes y candidatos a modo. La falta de Doctrina y ética genera descomposición y ésta desalienta la credibilidad ciudadana hacia el PAN.

No se trata en esta reflexión de sacar el “Índice Flamígero” de señalamientos, pero sí de poner en claro lo que hemos dejado atrás, dejar en claro que desde hace muchos años la impunidad ha reinado. Violentamos nuestros principios, nuestros estatutos y eso es grave, eso desorienta al ciudadano y lo cobra.


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