México ha realizado operativos para desmantelar laboratorios de fentanilo, ha destinado elementos de la Guardia Nacional para detener en la frontera el tráfico de drogas y el ingreso de migrantes de manera ilegal, además de entregar a la justicia estadounidense a 29 criminales que enfrentan cargos en dicho país, así como anunciar que está revisando si aplica un aumento a los aranceles a las importaciones chinas al tiempo que empieza a disminuirlas.
Pero, ¿qué tal si todo esto no es suficiente para Trump y decide seguir adelante con su idea de imponer aranceles?
Es claro que para una economía como la de México, con una gran dependencia de nuestro vecino del norte y revisiones a la baja de los pronósticos de crecimiento económico, eso significaría entrar de lleno en una recesión.
Además, la entrega –alegando motivos de seguridad nacional– puede provocar una reacción en contra del propio gobierno federal de parte de algunos cárteles, en especial de los líderes que pueden sentir la amenaza de una detención y entrega a los Estados Unidos, en donde –como se ha visto con algunos de quienes fueron entregados– podrían enfrentar la pena de muerte.
Y ni que decir de que esto también obligaría al gobierno de la presidenta Sheinbaum –ante el temor de una crisis económica y el consiguiente impacto electoral que esto significa– a llevar a cabo más acciones en busca del beneplacito de Trump, por lo que no sería descartable que también entregue a políticos vinculados al crimen organizado o a personajes que también tienen cuentas pendientes en Estados Unidos.
Además, sanciones como quitar las visas a quienes contraten médicos cubanos también podría servir de aliciente para que se disminuya la cooperación con el gobierno de Miguel Díaz Canell y dejar de apoyar a otros países que cuentan con mandatarios similares.
También podría obligar a que –por fin– se despliegue una estrategia en materia de seguridad –al estilo del operativo «Enjambre»– para desmantelar las redes de protección políticas de los cárteles del narcotráfico, algo que buscaría anticiparse y neutralizar este tema que –si no disminuye la violencia en varias entidades del país– pudiera ser capitalizado por la oposición en 2027.
El 3 de marzo de cumplie el plazo dado por Trump para aplazar la entrada en vigor de los aranceles y aunque ha dicho que no ve avances, pudiera darse la decisión de dar otra fecha para esto, aunque tratándose del inquilino de la Casa Blanca todo es impredecible.
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