El sexenio pasado, López Obrador se río de una nota de Reforma en la que se daba cuenta de las masacres que habían tenido lugar en varios estados del país, algo que fue apoyado en redes sociales por usuarios que sólo se dedican a defender al partido oficial; más recientemente una senadora oficialista afirmó, con relación a denuncias sobre la violencia en el país, que «eso no está pasando en nuestro México».
Así, la violencia del crimen organizado que sabe que goza de impunidad ha pasado por lamentables eventos como la masacre ocurrida en municipios de Coahuila, como Allende, las narcofosas encontradas en varias entidades del país, cuerpos desmembrados en varias calles de México incluyendo la cabeza cercenada de un alcalde en Guerrero, además de las minas que han matado a campesinos en Michoacán.
Pero para los defensores del partido oficial en Guanajuato hay más homicidios, cerrando los ojos a lo que pasa en Sinaloa o Tabasco.
Ahora, el colectivo Guerreros buscadores de Jalisco dio a conocer el hallazgo de un rancho en Teuchitlán, Jalisco, en el que encontraron, de acuerdo al post que publicaron en X (Twitter) «el campo de concentración de reclutamiento de los jóvenes, la mayoría de la central y se localizan tres crematorios con huesos calcinados, faltan por destapar, ropa, cargadores, casquillos».
Este sitio, presumiblemente utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue escenario de, al menos, 200 asesinatos pues en el lugar se encontraron 400 zapatos en un lugar que calificado por el colectivo como «sitio de reclutamiento y exterminio».
En un mensaje en redes sociales, el Centro para la Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) recordó que «el Rancho había sido intervenido en septiembre del 2024 por autoridades estatales y federales, no fue resguardado posteriormente, ni se agotaron las labores de búsqueda bajo el pretexto de que era un predio ‘bastante grande’, a decir de
@FiscaliaJal».
Y de nueva cuenta, como en casos similares, vemos la incapacidad de funcionarios de los gobiernos municipales, estatales y del federal para acabar con la impunidad en estos casos, porque es fácil culpar a otros o al pasado, decir que no es competencia de su gobierno o, la más fácil de todas, negar los hecho y asegurar que es una campaña de la oposición.
Pero la violencia continúa, la impunidad no se acaba y el partido oficial prefiere seguir con sus proyectos faraónicos u ocurrencias para más mitines en el Zócalo en lugar de apoyar una reforma para profesionalizar a las policías y fiscalias, capacitarlos para investigar y prevenir delitos, darles apoyos para la realización de sus tareas con el presupuesto necesario.
Como señaló en su espacio en El Universal Héctor de Mauleón, «una decena de personas creyó reconocer maletas o mochilas que habían pertenecido a sus hijos. En un país que nos depara cada día un nuevo horror, el campo de la muerte de Teuchitlán expresa con claridad brutal las dimensiones de la tragedia humanitaria en que nuestro país se halla hundido.
«Pero a ese país, nadie, absolutamente nadie, convoca a defenderlo. Tristemente, para ese país no hay Zócalo lleno».
¿Vamos a seguir insensibles ante este tipo de crímenes sin exigir a los gobiernos que dejen la simulación y actúen de inmediato?
There is no ads to display, Please add some