¿Por qué nos siguen volando la cabeza?
Si eres de los que todavía disfruta de una buena película de superhéroes, ¡no te sientas mal! No es solo una cosa de niños. La verdad es que hay una explicación científica de por qué nos fascinan tanto, y no, no es porque tengamos un trauma de la infancia. De hecho, está ligado a nuestra propia biología y a cómo funciona nuestro cerebro.
Resulta que los superpoderes, por muy fantasiosos que parezcan, tienen un eco en nuestra realidad. La capacidad de volar de Superman se relaciona con el deseo humano de explorar lo desconocido. La supervelocidad de Flash nos remite a la necesidad de optimizar el tiempo, una obsesión moderna. Y la fuerza de Hulk es, en el fondo, una representación de cómo el estrés puede liberar una energía descomunal en nuestro cuerpo.
Estos personajes, además de ser espectaculares, son un reflejo exagerado de nuestras propias habilidades y miedos. Son una forma segura de enfrentarnos a los límites de lo que somos y a la vez, de soñar con lo que podríamos llegar a ser. Las películas de superhéroes nos permiten explorar conceptos como la justicia, la moralidad y la redención de una manera épica, pero en un contexto que no pone en riesgo nuestra seguridad, por eso nos siguen interesando. Al final del día, los superhéroes son una forma de ciencia-ficción que nos ayuda a entender nuestra propia humanidad.
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