Hubo 11 precandidatos republicanos en la segunda parte del segundo debate presidencial organizado por CNN. Eso es tenerle confianza al electorado. Eso es apostarle a la libertad y a la democracia.
El grupo lo integran dos empresarios, tres senadores, cinco gobernadores (o ex), y un neurocirujano que va en segundo lugar detrás de Donald Trump. Verlos es una oportunidad única para apreciar como afloran paradojas que deberán ser resueltas por los votantes.
La paradoja de Trump es que se dice muy buen empresario y negociador pero, presume de su ignorancia en materia política. Insiste en construir una barda gigantesca entre USA-Mexico sin percatarse de los cruces con visas de turista. Tampoco tiene empacho en decir que ha comprado políticos.
La empresaria Carly Fiorina se precia de ser una mujer ejecutiva que sabe lograr resultados, pero ella y su esposo no supieron o no pudieron salvar a su hija de caer en la adicción que la llevó a la muerte. Creo que hay que saber de prioridades. Si no pudo manejar su casa no veo de dónde se le pueda considerar apta para gobernar los Estados Unidos.
El Gobernador Bush, de corte muy conservador, enfrenta una contradicción distinta: su hermano George W. fue el iniciador de la guerra de Irak a partir de una mentira, las armas de destrucción masiva. Ahora el problema en la región creció pues el desbalance producido ha generado la fuerza del Estado Islámico que azota la región.
Los otros cuatro gobernadores enfrentan la paradoja del anonimato. Se ven forzados a tratar de usar el debate para hacerse publicidad. Hablan de su record como gobernadores y entre más lo hacen más chiquitos se ven. Chris Christie de Nueva Jersey quiso sacar raja de haber sido el fiscal nombrado por Bush para el caso del terrorismo de las Torres Gemelas… noticias viejas.
Los senadores de origen cubano, Marco Rubio y Ted Cruz ambos de origen migrante reciente se ven sólidos por su lealtad a los valores que hicieron grande a los Estados Unidos. ¿Qué más paradoja que esa? Especialmente Rubio, para mi gusto, dio la frase que ubica el dilema de los Estados Unidos. Mientras el consumo de mariguana y todo tipo de drogas va en ascenso, el legislador de Florida dijo: “¿Por qué la gente incurre en violencia? Porque no se puede separar el bienestar social y moral de la gente de su bienestar económico. No se puede tener un país fuerte sin tener gente también fuerte en valores y no se pueden tener valores fuertes sin familias fuertes; y las instituciones de este país que defienden y apoyan los valores familiares están siendo sistemáticamente atacadas y minadas (por un gobierno de izquierda, el de Obama)”.
El más juicioso y calmado de todos los precandidatos republicanos parece ser el neurocirujano Ben Carson, de raza negra.
Se ha destacado por tratar de aplicar inteligencia en todas sus respuestas, cuando es claro que el público en materia política no es racional, sino todo lo contrario, emotivo. Sin embargo, parece que esta vez, el hecho de que aparece como un genuino ciudadano desligado de los grandes intereses, le está generando un gran atractivo.
No es el político rollero sino el intelectual genuinamente preocupado por el rumbo del país. Su argumento es claro y contundente. Si Estados Unidos sigue por la ruta actual, la siguiente generación vivirá mucho peor que la actual.
Rand Paul va en último lugar, pero es mi preferido. Es un libertario que defiende la Constitución a ultranza, sobretodo la soberanía de los Estados frente al poder creciente de la burocracia federal asentada en Washington. Creo que es el mejor estadista y hace honor a su padre el congresista Ron Paul número uno enemigo del endeudamiento nacional.
Los republicanos en conjunto enfrentan otra paradoja. En forma creciente la gente vende su voto. Pasa aquí y pasa allá. ¿En dónde queda la democracia?
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