Puedes engañar a algunos
largo tiempo, pero no puedes
engañar a todos permanentemente.
(atribuido a A. Lincoln)
Aunque hemos escuchado más mentiras en los últimos años cuatro años que en el conjunto de todos los sexenios posteriores a la Revolución, no debemos acostumbrarnos a ellas. Por salud mental, por saber qué terreno pisamos, por una mínima sensación de integridad, por respeto a nosotros mismos, para conocer si progresamos o caminamos como cangrejos.
Desde el púlpito de las mañaneras el inquilino de Palacio ha intentado convencer a los mexicanos que estamos a las puertas del paraíso terrenal; y si bien muchos han creído a pie juntillas su narrativa, cada vez más ciudadanos se dan cuenta de su manipulación y le dan la espalda. Cada nueva aseveración es contrastada cada vez más, tanto contra la realidad como contra sus dichos cuando buscaba el poder. Ha construido una realidad paralela de “otros datos” sin poder avanzar en prácticamente ningún campo de la función pública.
Según él no hay mejor educación ni mejor sistema de Salud que el suyo. Pero el de Dinamarca está aún más lejos del nuestro que cuando él ofreció mejorar el existente. Las familias sufren carestía al tiempo que ven sus ingresos mermados pues no hemos crecido en empleo como lo ofreció. Aunque no ha habido un “gasolinazo”, los combustibles siguen subiendo de precio a pesar de la publicidad del no cobro de impuestos (IEPES). Presume hacer sacrificios pero en realidad él se los causa a las familias mexicanas. Su lema de “primero los pobres” es un mensaje hueco para los cuatro o cinco millones de personas de clase media que pasaron a engrosar la pobreza.
Ha hecho creer que le importa la ecología pero en realidad la desdeña: ofreció no cortar árboles al construir el Tren Maya y ya ha arrasado con miles de hectáreas de selva. Por proteger a la CFE y PEMEX ha contaminado más que todos los automotores juntos usando combustibles prohibidos en el resto del mundo por dañinos. Ha limitado el uso de plantas ecológicas, solares y eólicas, por el solo hecho de ser de propiedad particular a pesar de ventajas evidentes en costo de generación y reducción de contaminantes. Ahora aflora un daño más al permitir la importación legal de automóviles usados que no cumplen normas mexicanas y van a contribuir a la polución, dañando aún más el aire que respiramos.
Dice el inquilino que no ha endeudado más al país mientras organismos internacionales reportan incrementos considerables en este sexenio (19 mil millones de dólares adicionales). Dice que su gobierno es distinto a los anteriores pero la diferencia es que el actual prefiere mentir que reconocer su falta de capacidad para dar resultados.
Insiste en que PEMEX y CFE protegen la economía popular pero omite decir que año con año pierden miles de millones de pesos. Tan sólo el año pasado entre las dos tuvieron 319 mil millones de pesos de pérdidas. Con ese dinero podría pagarse más de tres veces el presupuesto de la Secretaria de Salud, y todo apunta a que este año también tendrán enormes pérdidas.
Para tapar su ineficiencia ha violado abiertamente el T-MEC (heredero del TLCAN), mintiendo al callar que estamos a punto de ser demandados, lo que pudiera costarle a México miles de empleos y enormes recursos en exportaciones perdidas. Es tan dado a creer en sus otros datos que es posible que intente denunciar el T-MEC para llevar a México 50 años atrás antes de reconocer su error.
¡¡Hay que participar en más marchas para evidenciar sus mentiras!!
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