México 2024. Agenda prioritaria

0
314

Andrés Manuel López Obrador es presidente de México desde el 1 de diciembre de 2018. Han transcurrido 1,516 días de su mandato y aún le restan 675 días para cubrir el periodo para el que resultó electo. El movimiento que encabeza fue llamado por él, cuarta transformación y entre las características menos discutibles y más extendidamente aceptadas, el provocar división, conflicto y polarización social, día con día, semana tras semana, mes con mes durante todo lo que llevamos hasta ahora, es una constante innegable.

El discurso incendiario, la ofensa ligera, la descalificación de los adversarios, la amenaza constante contra los opositores, la historia de malos y buenos donde él se autoproclama bueno y señala con su dedo flamígero a quienes lo desafían o cuestionan su peculiar y torpe forma de gobernar, han cosechado enemistades y lio entre los mexicanos. Sabiendo que la desigualdad social y las brechas entre los habitantes de la nación no han disminuido nada, sino que se han incrementado de manera continua durante este gobierno, la lucha de clases, la arenga discursiva, la mentira, el engaño popular y la manipulación de los pobres, no son solución, son agravante, no sirven de nada, más que para ejercer control y manipular a los menos inteligentes, a los más credulos, a quienes más necesitan buen gobierno y menos show.

El tiempo transcurre y se acerca el día en que el agitador más popular de México desde chucho el roto, deje de saquear al erario público, de vivir como rey en un castillo, con miles de servidores, de lujos, de privilegios, de excesos nada austeros y menos republicanos. AMLO, pronto será otro ex presidente. Al dejar la silla, quitarse la banda y deshabitar el Palacio Nacional, recibirá el juicio popular sobre sus resultados. En ese momento, deberá responder a la ley, a la justicia y rendir cuentas de sus actos.

Pero el daño que ha hecho desmoronando a las instituciones gubernamentales es más grande que su sexenio. Sus pifias, sus actos de corrupción y los de los suyos, lo mal hecho de sus mega proyectos, las cuentas de sus gastos exorbitantes, opacos, corruptos y desfazados, deberán de ser en principio, tapados, escondidos, justificados si es que el siguiente presidente le es leal al sujeto en vez de serlo a la patria y a los mexicanos. Si no es así, y un opositor vence en la elección de 2024, el peso de la ley incomodará en extremo al saliente. Entonces vendrá la reparación.

-Publicidad-

No se trata solamente de solucionar las finanzas nacionales que ha hecho añicos con sus caprichos y tonteras. No bastará con desmilitarizar a México poco a poco, perseguir a los criminales aliados, protegidos, cómplices del régimen y corregir el estado fallido en que AMLO nos sumergió profundamente; Además de restablecer la ruta del gobierno racional, para todos, basado en resultados y no en antojos trasnochados, vendrá la verdadera agenda prioritaria para devolverle a la patria la grandeza perdida: combatir la impunidad y detener la polarización social que carcome, daña y destruye el tejido social de los mexicanos.

Por eso es más importante el proyecto y saber qué es lo que debe hacerse desde el primer día del siguiente gobierno, para superar los estragos de la cuarta transformación. Por ello, lo menos importante es quien encabece ese esfuerzo, de que partido político provenga o que tan simpático sea: Lo importante es que persiga la agenda común antes descrita, recupere la armonía, venza los rencores sociales, de paz y alegría a los mexicanos.


There is no ads to display, Please add some

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí