¡Medicinas ya! ¡justicia ya!

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Por: Marcos Pérez Esquer

Las niñas y niños con cáncer que no han recibido sus medicinas y tratamientos médicos claman una respuesta inmediata. Este es, literalmente, un asunto de vida o muerte.

La incapacidad del gobierno para resolver el desabasto de estos medicamentos es verdaderamente escandalosa. Desde hace dos años se les ha estado prometiendo a los padres y madres de familia que los medicamentos están por llegar, y nada. A mediados del año pasado se les llegó a asegurar que los medicamentos incluso ya habían llegado, pero todo fue una cruel mentira.

400 juicios de amparo han sido tramitados por las familias para obligar al gobierno a conseguir las medicinas y aplicar los tratamientos, pero son muchas más las familias que no han tenido acceso a la justicia. Esto demuestra que no son 20 las personas que exigen respuesta, como insensiblemente lo aseguró López Gatell.

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Pero no fue esta declaración la que expuso el tamaño de la insensibilidad al dolor humano que hay en el gobierno, sino la otra por la que aseguró que todas estas exigencias eran parte de una estrategia golpista por parte de grupos de derecha internacionales en contra del actual gobierno.

La actitud de López Gatell oscila entre la infamia y la vesania; es decir, entre la vileza y la demencia furiosa.

Las verdaderas razones que explican el desabasto de medicinas -no solo oncológicas, sino de todo tipo- son de carácter endógeno; no hay escasez mundial; en el resto del mundo no hay problemas de abasto. Este hecho, por sí solo, demuestra que el problema deviene de la ineptitud del gobierno mexicano.

El presidente de la Comisión Anticorrupción de la Coparmex, Max Kaiser, ha explicado esto de manera clarísima. A grandes rasgos, Kaiser sostiene que hay cinco decisiones del gobierno que generaron este problema:

  1. “Concentraron todas las contrataciones públicas en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que no es su función, y que no pudo con el paquete”. Como se recordará, la primera reforma legal que impulsó López Obrador al entrar a la presidencia, fue la eliminación de las oficialías mayores de las distintas dependencias, para mantener solo la de la SHCP, y concentrar todas las compras de gobierno. La oposición votó en contra y advirtió de los potenciales efectos nocivos de esta reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Lastimosamente, los efectos ya los estamos viendo, y son fatales.
  2. “Eliminaron a la Secretaría de la Función Pública como garante del control de la vigilancia, y como actor imparcial en la creación de la política pública de contrataciones. La hicieron a un lado”. De hecho, podría decirse que esa Secretaría se ha hecho a un lado en todo: ni ve la corrupción, ni incide en la mejora administrativa, ni en ninguna otra cosa.
  3. “Se pelearon de manera gratuita con las farmacéuticas enormes y con los distribuidores que tenían años de experiencia en el tema”. La contratación de medicinas es técnicamente compleja, haber cancelado los contratos con las empresas experimentadas sin contar con un plan alterno fue determinante en la configuración de esta crisis de desabasto.
  4. “Los acusaron de corrupción -en efecto en el sistema hay corrupción-, pero los acusaron sin pruebas, nunca lograron probar nada, no hay un solo expediente en contra de las farmacéuticas sancionadas, y sin embargo el gobierno se puso a adjudicar de manera directa el 80% de los contratos creando riesgos reales de corrupción en todo el sistema”. Ciertamente es muy probable que haya habido actos de corrupción en las contrataciones, pero de ser así, lo correcto no es eliminar la compra de medicinas, sino investigar, sancionar, y evitar que vuelva a suceder.
  5. “Los sustituyeron con empresas nuevas, improvisadas y creadas para tratar de salvar el sistema”. Al final, lo que esto está provocando, es que se abran canales de corrupción mucho más grandes que los que había antes, y además, con estas enormes carencias en la proveeduría. Ya se ha documentado que algunos medicamentos se están adquiriendo con sobre precios de hasta un 7000%.

En resumen, podemos asegurar que ni el desabasto de medicinas se resolverá en unos días, ni se está combatiendo la corrupción en realidad; pero en medio de todo esto, queda el drama de los niños con cáncer y de muchas otras personas enfermas.

La ineptitud mata, esa es la triste y dolorosa verdad; y la justicia y las medicinas no pueden hacerse esperar más.


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