Más engaños e impunidad en Atotonilco

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El Día Mundial del Agua pasó casi inadvertido debido a que coincidió con la Semana Santa. Desde 1993, se conmemora cada 22 de marzo con el fin de recordar la importancia del agua y la urgencia de establecer una gestión sostenible del recurso. Sin embargo, no faltaron los discursos del Presidente de la República, del jefe de gobierno y de algunos —muy pocos— gobernadores, haciendo énfasis en la importancia del vital líquido, pero en general, sin un compromiso real de establecer una agenda con planes a largo plazo.

Hace 15 días dediqué este espacio para denunciar las acciones corruptas por parte del alcalde de Atotonilco para mantener una clausura inexplicable de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) más importante del país. Se trata de la Planta de Atotonilco, considerada la depuradora más grande del mundo en construcción y la de mayor capacidad y tecnología en América Latina. Se ubica en el municipio del mismo nombre en los límites del Estado de México e Hidalgo, justo en la confluencia de los desagües del sistema de drenaje profundo del Túnel Emisor Central y del Túnel Emisor Oriente con el río Tula.

Comentaba entonces que la PTAR cuenta con dos procesos de tratamiento: uno biológico-convencional y otro químico; ambos procesos suman una capacidad de 35 millones de metros cúbicos por segundo (m3/s), equivalente a tres millones de metros cúbicos cada día; imaginemos tres millones de tinacos llenos de aguas negras que se convierten en agua limpia en un solo día gracias a esta importante planta. El proceso de construcción y la instalación de los equipos concluyó hace más de un año y se procedió a la etapa de pruebas y estabilización para su arranque definitivo; no obstante, el 30 de noviembre del año pasado autoridades del municipio de Atotonilco ordenaron la clausura total de la planta de manera arbitraria e ilegal, poniendo en riesgo la estabilización de los procesos biológicos y de cogeneración de gas.

El municipio argumenta que el consorcio operador, Aguas Tratadas del Valle de México (ATVM), adeuda el pago de la licencia de construcción, lo cual es falso.

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La construcción arrancó en julio del 2010, después de cumplir con todos los requisitos legales tanto de manifestación de impacto ambiental, cambio de uso de suelo y desde luego, los permisos municipales de construcción y otros derechos. De acuerdo al Reglamento de Construcción vigente en ese momento, se liquidó la totalidad del monto correspondiente a la Licencia de Construcción por un total de 24 millones de pesos. Según la actual administración municipal, ATVM adeuda al municipio 230 millones de pesos, que con recargos e intereses suman un total de 570 millones de pesos. La empresa ATVM impugnó el acto ante un juez federal, quien les otorgó la suspensión provisional, ordenando la continuación inmediata de los trabajos en la PTAR. Acto seguido, el municipio volvió a clausurar con otros argumentos. Lo más grave es que esta burla a las autoridades judiciales se ha repetido nueve veces y en este momento la PTAR sigue clausurada.

Insisto nuevamente en este tema porque la misma semana que se publicó mi artículo en este importante medio, la autoridad municipal en lugar de buscar una solución, envió una nueva clausura diciendo ahora que la PTAR no cuenta con salidas de emergencia. Otra vez una justificación falsa y ridícula, porque el proyecto de la PTAR de Atotonilco ha sido reconocido como una de los proyectos más modernos en tecnología de tratamiento del agua en el mundo.

Celebrando el Día Mundial del Agua, me pregunto si el presidente Enrique Peña Nieto tiene conocimiento de este grave problema: la obra más importante de saneamiento del mundo, clausurada de manera arbitraria, ilegal y absurda por una autoridad menor que no tiene la facultad para hacerlo.

De acuerdo a datos proporcionados por la Conagua, hoy en día 600 plantas de tratamiento en el país están fuera de operación por distintas razones; somos el país de la OCDE con menor índice de saneamiento y estamos muy lejos de cumplir las metas establecidas en el Programa Nacional Hídrico 2014–2018. Además, la Ciudad de México es de las capitales en el mundo más rezagadas en saneamiento; cuenta solo con una capacidad de tratamiento menor a 10% de sus aguas negras generadas.

La PTAR de Atotonilco por sí sola tratará la mayor cantidad de volumen de las aguas negras generadas por la CDMX y la Zona Metropolitana; ¿cómo se explica que no pueda operar por una clausura amañada y caprichosa? Parece que este tema no le interesa ni al Gobierno Federal ni al de la CDMX. El retraso en el funcionamiento de estas importantes instalaciones, además de pérdidas millonarias como lo expliqué en mi anterior artículo, representa un daño gravísimo al medio ambiente y a la salud.

Hacemos un llamado a los gobiernos Federal y de la CDMX, para que se resuelva inmediatamente esta lamentable situación.


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