En los últimos años, las remesas han jugado un papel crucial en la economía mexicana, representando una fuente de ingresos esencial para millones de familias. Según datos históricos del Banco de México (Banxico), analizados por TResearch, estas transferencias económicas alcanzaron cifras récord durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con un acumulado de 302 mil millones de dólares entre 2018 y 2024. Sin embargo, los primeros meses de 2025 muestran una tendencia preocupante: las remesas han registrado una notable disminución.
Un comienzo a la baja en 2025
El año comenzó con una caída significativa en los flujos de remesas. En enero de 2025, México recibió apenas 4,660 millones de dólares, lo que representa una reducción considerable respecto a meses previos. De hecho, esta cifra marca una tendencia a la baja que se ha extendido por cuatro meses consecutivos, desde octubre de 2024, cuando los ingresos alcanzaron los 5,723 millones de dólares. Este descenso plantea interrogantes sobre los factores subyacentes y sus posibles implicaciones para las familias dependientes de estos recursos.
Una de las razones detrás de esta contracción podría estar relacionada con el entorno económico en Estados Unidos, principal origen de las remesas enviadas a México. La desaceleración económica o cambios en las políticas migratorias podrían estar afectando la capacidad de los trabajadores mexicanos en el extranjero para enviar dinero a sus familias. Además, la fortaleza del peso frente al dólar también puede haber influido en la percepción de valor de las remesas para los destinatarios.
El monto promedio por envío alcanza niveles históricos
A pesar de la disminución en el total de remesas, el monto promedio por operación registró un máximo histórico en 2024, con 394 dólares por envío. Este incremento refleja cómo los trabajadores mexicanos en el extranjero están enviando cantidades más altas en cada transacción, posiblemente como respuesta a las necesidades crecientes de sus familias en México. Sin embargo, este promedio cayó ligeramente en enero de 2025, lo que sugiere una posible moderación en los montos enviados.
Otro dato relevante es la relación entre el monto promedio de las remesas y el salario mínimo vigente en México. Durante el sexenio de AMLO, cada envío equivalía en promedio a un salario mínimo. No obstante, en el arranque de 2025, esta proporción disminuyó a 0.9 salarios mínimos, indicando que los envíos están perdiendo poder adquisitivo en términos relativos.
Impacto en la economía mexicana
Las remesas no solo son una fuente vital de ingresos para las familias receptoras, sino que también tienen un impacto macroeconómico significativo. En 2024, las remesas representaron uno de los principales rubros de ingresos en divisas para México, superando incluso los ingresos por exportaciones de petróleo. Por ello, cualquier disminución en estos flujos puede tener efectos negativos tanto en el consumo interno como en la balanza de pagos del país.
Además, la caída en las remesas podría exacerbar las dificultades económicas de comunidades rurales y urbanas que dependen de estos recursos para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y educación. En un contexto de inflación elevada y crecimiento económico limitado, la reducción de este flujo financiero podría profundizar las desigualdades sociales.
Perspectivas futuras
Aunque es temprano para determinar si esta tendencia bajista continuará a lo largo de 2025, los datos actuales sugieren la necesidad de monitorear de cerca los factores que están influyendo en los flujos de remesas. Las autoridades mexicanas podrían considerar implementar políticas que faciliten el acceso a servicios financieros para los receptores de remesas, así como fomentar el uso de estas transferencias en actividades productivas que contribuyan al desarrollo local.
En conclusión, las remesas siguen siendo un pilar fundamental de la economía mexicana, pero su reciente comportamiento plantea desafíos importantes. El futuro dependerá en gran medida de cómo evolucione la situación económica en Estados Unidos y de las estrategias que adopten tanto el gobierno mexicano como las instituciones financieras para apoyar a las familias beneficiarias. Sin duda, este será un tema clave para seguir observando en los próximos meses.
Fuente: TResearch, basado en datos de Banxico.
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