Como transmitir confianza a la ciudadanía para que acuda a su casilla, cuando las imágenes que se nos presentan son de soldados resguardando oficinas del INE.
4 de junio 2015. El día de ayer concluyeron las campañas políticas en todo el país en medio de un ambiente de crispación e incertidumbre como pocas veces se había visto. A la guerra sucia, el intercambio de acusaciones entre candidatos y partidos y a los hechos de violencia que han marcado esta elección, habrá que sumar las amenazas de boicot por diversos grupos de presión así como la indiferencia y desaliento de la ciudadanía que se debate entre la abstención, anular el voto u optar por el “menos malo”.
Quizá lo más lamentable es que no abundan los argumentos para tratar de despertar el entusiasmo colectivo o convencer al electorado de que con su participación en las urnas puede incidir para modificar el status quo. No hemos logrado que las elecciones se conviertan en un verdadero ejercicio de rendición de cuentas, y al parecer ni siquiera el voto de castigo o el voto útil están siendo considerados como buenas alternativas para manifestar y darle sentido a una inconformidad con el sistema de partidos que es evidente.
Ciertamente no podemos calificar a éste como un buen escenario de cara a la jornada electoral del próximo domingo, que a pesar de todo despierta algún interés ante la indefinición en que se encuentran 7 de 9 gubernaturas (Nuevo León, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro, Colima y Sonora), lo que no es común pues a estas alturas generalmente ya se podían anticipar la mayoría de los resultados.
También hay que resaltar el caso de Nuevo León en el que la disputa ya no es únicamente entre los principales partidos, sino que la posibilidad de que sean derrotados por un candidato independiente es alta, en contra de todo pronóstico y de las condiciones de inequidad en que compiten. Quien también puede dar la sorpresa en un distrito federal de Sinaloa es Manuel Clouthier, el hijo del emblemático Maquío.
Otro factor que sin duda ha contribuido a enturbiar aún más el ambiente electoral es la decisión del Gobierno Federal de suspender indefinidamente la evaluación docente que, además de ser claramente violatoria de la reforma educativa que se supone representaba uno de los mayores “logros” de la administración de Peña Nieto, lejos de desactivar las acciones violentas de la CNTE para impedir que se lleven a cabo las elecciones particularmente en estados como Oaxaca y Guerrero, ha generado un incentivo opuesto pues su beligerancia se ha incrementado.
Cómo transmitir confianza a la ciudadanía para que acuda el domingo a su casilla, cuando las imágenes que se nos presentan son de soldados encargados del resguardo de las oficinas distritales del INE abandonando las instalaciones por indicaciones de los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Con esta aberrante claudicación, el gobierno no sólo está renunciando a algunas de sus principales responsabilidades como mantener la paz y estabilidad del país, preservar la vigencia del estado de derecho y garantizar la seguridad de los mexicanos, sino que ha puesto en riesgo la viabilidad de las elecciones en diversos puntos del territorio nacional fortaleciendo de paso la posición de quienes sostienen que no tiene caso ir a votar.
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