La oposición está más viva que nunca: Defender a México a ras de tierra

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Este fin de semana estuve en la calle con la ciudadanía, miles de panistas, simpatizantes y arrepentidos que no se resignan a que México sea un país prisionero en la ineficacia, la corrupción y el autoritarismo. El relanzamiento del PAN no es un acto simbólico: es el inicio de una etapa que nos convoca a caminar, escuchar y organizarnos para defender la patria, la familia y la libertad.

Hay cosas que se piensan desde un escritorio… y otras que se sienten en la calle. Este fin de semana estuve ahí —como ciudadano— en el evento y la marcha por el relanzamiento de Acción Nacional. Lo que viví no se explica con números ni con boletines: se siente. Atestigüe ánimo, fuerza y convicción. Vi a miles de personas decididas a tomar las calles, no para dividir, sino para construir. Para defender la libertad, la democracia, el Estado de Derecho y la esperanza de millones de mexicanas y mexicanos que quieren un mejor país.

No fue una marcha más. Fue el inicio de algo que marca una nueva etapa: una oposición viva, organizada y decidida.

La reacción del poder lo dice todo, La señal más clara de que este relanzamiento tocó una fibra sensible está en la reacción del régimen oficialista. Las presidentas morenistas incluida la mandataria de México y la del partido mismo, usaron sus micrófonos para descalificar el evento, denostándolo de “inoportuno” frente a las inundaciones que afectaban a varios estados y ante la respuesta lenta e ineficaz del gobierno federal.

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Cuando el oficialismo pone tanto empeño en desacreditar a la oposición, es porque hay preocupación real. Porque saben que hay un PAN vivo, con fuerza social y política. Es palpable su nerviosismo. Se notan preocupados.

Y tienen razón en alarmarse: no porque esto sea un juego político, sino porque millones de mexicanos están hartos. Fastidiados de la lentitud ante las crisis. Cansados de que las soluciones no lleguen. Empachados de los escándalos de corrupción que se multiplican cada semana. Indignados por la falta de medicamentos, de hospitales saturados, de la inseguridad rampante y de un gobierno que invierte más en propaganda que en soluciones.

El relanzamiento del PAN: rumbo claro.  Este relanzamiento no es un evento de marketing. Es una declaración de rumbo político que parte de tres ejes fundamentales:

  1. Recuperar nuestra identidad. Volver a las raíces que nos dieron sentido como fuerza política. Patria, Familia y Libertad no son frases para una pancarta; son convicciones que nos definen. Significa dejar atrás la dependencia de alianzas partidistas que diluían nuestra voz, y decir con firmeza: vamos a hablar como PAN, a actuar como PAN y a defender a México desde el PAN.
  2. Abrir las puertas a la ciudadanía. El PAN no puede ser un partido encerrado en sí mismo. Cualquier ciudadano honesto y comprometido debe poder afiliarse sin tanto trámite, participar en procesos internos transparentes y competir en igualdad de condiciones. Queremos que la ciudadanía no solo acompañe, sino que forme parte activa: como militantes, dirigentes y candidatos. Que puedan ser diputados, senadoras, alcaldes o gobernadoras si tienen vocación, integridad y respaldo social.
  3. Ser oposición firme y opción real de gobierno. No basta con resistir. Hay que gobernar bien y demostrarlo con hechos. Y eso ya sucede: en los estados y municipios donde gobierna el PAN hay mejores resultados en seguridad, inversión, servicios públicos y bienestar. Ahí está la evidencia. Ahí está el contraste frente al fracaso de Morena.

Operar, no solo proclamar. Un relanzamiento no se sostiene con discursos. Requiere acción política real y presencia en las calles.

Eso implica caminar la tierra, escuchar a la gente y mirarla a los ojos. Fortalecer las estructuras municipales y estatales, no para servir a grupos, sino a la ciudadanía. Apostar por procesos internos democráticos que premien el mérito y no las cuotas. Apostar de verdad por la juventud y los liderazgos comunitarios.

Y, sobre todo, organizar a las bases y sumar a la sociedad civil, no competir contra ella. Construir una oposición fuerte que no se limite a señalar errores, sino que proponga soluciones. Este relanzamiento es una convocatoria abierta: a militantes, simpatizantes, ciudadanos independientes y personas que no se resignan a ver cómo este país se descompone en manos de un gobierno que no resuelve.

Defender la patria, la familia y la libertad.  Defender la patria hoy no significa empuñar un arma: significa defender la ley, las instituciones y la libertad frente a quienes quieren someterlas.

Defender la familia es garantizar condiciones de vida digna, seguridad, educación y oportunidades para millones de hogares que son el corazón de México.

Defender la libertad es no permitir que un solo poder decida por todas y todos; es proteger la voz ciudadana, la prensa libre, la justicia autónoma y la dignidad de la persona.

Un país de clases medias en movimiento.  México ha sido y debe seguir siendo un país de clases medias en ascenso. Esa clase trabajadora y productiva que no pide privilegios ni favores, sino oportunidades para salir adelante, es la columna vertebral de esta nación.

Son familias que no esperan que el gobierno les resuelva la vida, sino que exigen que no les estorbe. Si queremos un país fuerte, debemos apostar por fortalecer a esa mayoría y no dividirla con discursos de odio o controlarla con clientelismo.

Para eso se necesita un proyecto de país serio, responsable y profundamente comprometido con la libertad.

Apostar por Acción Nacional. Por un partido más abierto, libre, con convicciones firmes. Por un PAN que sabe caminar la calle, que escucha, que gobierna bien, que no se somete y que está listo para enfrentar al régimen con argumentos, con organización y con fuerza como lo hemos hecho desde nuestro origen.

Por un PAN que no teme competir porque tiene resultados que mostrar y futuro que ofrecer. Vamos por un partido que se abre a la gente y que vuelve a ser la casa de las causas ciudadanas.

Nadie me lo platica, lo presencié. Viví la energía y el orgullo de miles de panistas y ciudadanos que no se rinden. Vi a jóvenes marchando con esperanza, a alcaldes, gobernadoras y liderazgos caminando juntos. Somos un partido vivo. Y, sobre todo, fui testigo de un país que no pierde la esperanza.

Lo que sigue es convertir esa energía en organización, esa organización en estructura, y esa estructura en victoria para la patria. Porque México lo vale. Porque nuestro México lo merece.

Este no es un texto escrito desde la comodidad de un escritorio. Es un testimonio personal. Es la voz de alguien que vive, escucha y ve la realidad con sus propios ojos. Un hombre con una convicción profunda: la oposición estamos más vivos que nunca y el PAN nunca se fue.

El autor es senador de la República y presidente de la Comisión de Desarrollo Municipal

@MarioVzqzR

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