El próximo fin de semana el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, rendirá su Cuarto Informe de Gobierno. Es muy probable que se repita el boato y el dispendio que ha caracterizado a esa ceremonia de vanagloria personal. Repletos los medios de comunicación de su imagen, su voz y su presencia, se exaltarán sus dichos, se inventarán bondades y obras. Ese ha sido el estilo, sustituir con propaganda el fracaso, reemplazar el derecho a la información con gacetillas de mentiras y convenios de publicidad.
Pero ni aún así, se habrán podido aplacar los ecos del sonoro abucheo que, por tercera ocasión consecutiva, se llevó el mandatario estatal en la noche del grito de independencia. La verdadera sanción de la opinión pública a su mandato y para efectos históricos, la más importante para un político.
Vive Chihuahua una época oscura a manos de un gobierno faccioso y corrupto. No sólo las organizaciones civiles y los centros de investigación nacionales colocan a Chihuahua entre las entidades con mayor nivel de corrupción, también lo asienta en sus estadísticas, ni más ni menos, que el INEGI. Como en pocos momentos de nuestra historia regional, superados los casos más patéticos de autoritarismo, en nuestro estado se borró por completo la línea que separa y divide las funciones de los tres poderes, definidos, controlados y sometidos por el gobernador; también se borró la línea que separa la función pública de los negocios particulares, superada cualquier etapa de diezmo como comisión a constructores y prestadores de servicios. En paradoja grotesca, brilla en Chihuahua la opacidad. Ocultos los datos esenciales del desglose presupuestal, las inversiones, los mecanismos financieros.
La corrupción política que vive mi entrañable tierra, tiene como fondo el enorme endeudamiento al que nos llevó la actual administración estatal. En un año, Chihuahua se convirtió en el estado con el mayor incremento de deuda, la elevó en 2013 en un 79% con respecto al año anterior. Mientras en el año 2012, su deuda respecto al Producto Interno Bruto por Entidad Federativa (PIBE) era de 5.6% (un número de por sí alto, casi el doble de la cifra media nacional), se elevó al 9%, triplicando el promedio comprendido por las 32 entidades.
Según el reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del segundo trimestre al cierre del 30 de junio de 2014, Chihuahua tiene una deuda de 41 mil 603 millones de pesos.
Tomando en cuenta los datos de la SHCP, la entidad federativa que tiene la mayor cantidad de deuda pública en términos absolutos es el Distrito Federal. Debe 61 mil millones de pesos, mientras que Chihuahua debe alrededor de 42 mil millones. No obstante, cuando comparamos el porcentaje del PIBE, observamos que, por el enorme PIB de la capital, su deuda a penas representa el 2.2%, colocándose en el lugar 19 en México. Mientras Chihuahua bajo el mismo esquema tiene un saldo del 9%, colocándose en el primer lugar nacional.
Mientras se sofoca el futuro de Chihuahua con esta carga irresponsable, el del Gobernador del estado aparece con porvenir y prosperidad; no sólo no debe, sino que ahora se dedica a prestar como uno de los socios -el mayoritario por cierto-, del nuevo Banco Unión Progreso. El hasta hace poco tiempo líder cenecista, ha transitado meteóricamente a convertirse en un nuevo rico de la entidad, pero todo indica que a diferencia de muchos de nuestros acaudalados paisanos, el suyo es un enriquecimiento ilícito. Si el patrimonio personal es la suma de los ingresos fruto del trabajo, la renta, el rendimiento, la donación y la herencia, a César Duarte Jáquez no le alcanza juntándolas todas.
Desde hace más de dos años y de diferentes latitudes del Estado -incluidos los intramuros del propio gobierno y su mismo partido-, se empezó hablar del incremento patrimonial del gobernador, que compraba aquí y allá algunos de los mejores ranchos, que se hacía del Hotel Soberano en la capital del estado, que remodelaba propiedades de su familia. Sin mayores datos el rumor creció exponencialmente, tanto así que el propio gobernador salió a desmentir que andaba de comprador en los medios de comunicación que jamás habían tocado el asunto.
Sin embargo ahora, la Procuraduría General de la República, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Fiscalía Estatal de Chihuahua tienen en su poder una documentada denuncia de hechos por los delitos tipificados por el Código Penal Federal tales como Peculado, Enriquecimiento ilícito, Ejercicio Abusivo de Funciones, uso indebido de atribuciones y facultades y los demás que resulten cometidos no sólo en perjuicio del patrimonio del Estado de Chihuahua sino los que resulten relativos por actos violatorios de la legislación bancaria y los correlativos a estos de la legislación penal del estado de Chihuahua, cometidos por el gobernador César Horacio Duarte Jáquez, Jaime Ramón Herrera Corral, Carlos Gerardo Hermosillo Arteaga y en contra de quien o quienes más resulten responsables como sujetos.
Se trata de la denuncia presentada por Jaime García Chávez, uno de los líderes más singulares de la izquierda Chihuahuense a la que encabezó en pos de la gubernatura del estado en 1992. Abogado de profesión, laboralista en ese ejercicio, su vocación ha sido la justicia y es intransitable su honestidad. Hace poco renunció al PRD, pero no abandonó el deber cívico ni la acción política; la desarrolla a través de su portal de internet y su página en facebook. Tomó la causa de la anticorrupción de tiempo completo. Ahora la endereza contra César Duarte Jáquez, y decididamente lo voy a acompañar y a respaldar en esta cruzada valiente y ejemplar.
El 21 de marzo fue aprobada por la junta de gobierno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) la creación del Banco Progreso de Chihuahua SA, del cual Jaime Herrera Corral, Secretario de Hacienda del Gobierno Estatal, es fundador y funcionario, mientras que el Gobernador del Estado es uno de los principales socios con la adquisición del 15 % de las acciones, vía el contrato de Fideicomiso 744743, de Administración e Inversión, formado por él y su señora esposa Bertha Olga Gómez Fong, formalizado ante el notario público número 6, en noviembre de 2012, con una aportación de 65 millones de pesos con el objetivo de que la fiduciaria, Banco Mercantil del Norte S.A., efectuara la adquisición de acciones del Banco Progreso de Chihuahua SA de CV.
Esa institución bancaria es una fusión de Unión de Crédito Progreso SA, Akala SA de CV, Sociedad Financiera Popular y Única Casa de Cambio SA. A ésta el gobierno del estado ha conducido depósitos, con bajísimas tasas de interés, por 834 millones de pesos. Fondeo que por cierto sirvió para que Banco Unión Progreso adquiriera un crédito de grupo financiero Scotiabank Inverlat SA, que ni más ni menos, tenía contra el adeudo del propietario del Hotel Soberano.
La denuncia que se puede consultar completa en mi página de internet: www.javiercorral.org pone al descubierto una sofisticada maquinación fraudulenta de la ley y de los recursos económicos que administran el gobernador y varios de sus más cercanos colaboradores. Con un arsenal de pruebas bajo su brazo todavía en reserva, para observar primero el comportamiento de las autoridades en el desahogo de las investigaciones, la denuncia de Jaime García Chávez sentará un precedente muy importante en la lucha contra la corrupción.
Como el mismo lo señala: "Esa importancia, se destaca en función de que han sido los medios institucionales bancarios utilizados por el gobernador de Chihuahua, como instrumentos para maquinar una parte de su enriquecimiento ilícito que se deriva de utilizar los recursos económicos del Estado en beneficio propio y de su esposa, así como de los funcionarios que en complicidad con César Horacio Duarte Jáquez, han propiciado e instrumentado el engaño a las autoridades financieras del país para lograr dicha fusión, dado que su pública participación como impulsor de la fusión de las empresas citadas y la consecuente creación del Banco Progreso de Chihuahua, S.A. de C.V., la distracción y utilización de recursos económicos del estado para la publicidad de la autorización del nuevo banco como logro de su gestión gubernamental, ocultando ante la población chihuahuense su haber accionario del capital social del Banco Progreso de Chihuahua, S.A. de C.V., y que toda esa maquinación delictiva, bajo el diseño de actos jurídicos de aparente legalidad, no tenía otro fin que obtener su propio beneficio, por fusionarse también en él los roles de gobernador y socio de la empresa bancaria mencionada, con un evidente conflicto de intereses en razón de las decisiones de carácter financiero que como gobernador tomó en beneficio de las instituciones financieras que se fusionaron y por ende en el suyo propio así como de sus allegados y cómplices, que ahora son socios del Banco Progreso de Chihuahua, S.A. de C.V".
En un momento en el que el presidente de la República ha enviado una iniciativa al Congreso para crear la Fiscalía Nacional Autónoma, presumiblemente como un compromiso en contra de la corrupción, veremos hasta dónde llega realmente esa voluntad.
Los ciudadanos de Chihuahua no tenemos otra alternativa que la de exigir que esa voluntad llegue hasta sus últimas consecuencias.
PD. Antier despedimos a Luis Herrera González, quien murió a los 83 años de edad. Fue su vida un testimonio pleno de verticalidad. La congruencia entre el pensar, el decir y el hacer. Leal a su Partido, fiel a su Patria, concretó esos ideales en su familia y sus amigos, a quienes nos llenó de amor y fe. Su ejemplo es una herencia moral para nosotros.
Porque la vida nos dio el privilegio de su amistad, y eso nos llena de orgullo. De él podemos decir que fue hombre completo, ciudadano cabal. En todos los ámbitos fue excepcional e integro: En su vida personal, familiar, profesional, política, periodística y en el servicio público.
Luis Herrera González es un pilar de la historia de Chihuahua y de su larga lucha por la Democracia, desde la causa que él abrazó como la fundamental de su vida: La rehabilitación moral de la política, a través de Acción Nacional.
Nos duele su desaparición física, pero sabemos que vivirá para siempre entre nosotros, porque su espíritu es inmenso y su huella es indeleble.
Nuestro abrazo solidario a su familia; hermanos, hijos y nietos. Dejo asentado en estas líneas el testimonio público de admiración, reconocimiento y respeto a un hombre que en mucho marcó mi vida y la de mi esposa Cinthia Aidee. Y celebramos, confiados en el Poder de lo Alto, saberlo ahora reunido con Martha, su inseparable compañera. Él vivirá para siempre en nuestros corazones.
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