La reforma energética y el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno han establecido una política muy clara para impulsar el uso del gas natural en la generación de energía. La CFE prepara varias licitaciones para la construcción y operación de gasoductos que transportarán gas proveniente de EU y eventualmente de nuevas fuentes en el norte del país.
El objetivo principal de la CFE es impulsar la construcción de nuevas termoeléctricas de ciclo combinado. En este proceso, la combustión del gas mueve una turbina que genera electricidad y a su vez, el sistema de enfriamiento de la misma genera vapor que mueve una segunda turbina más pequeña, que también produce electricidad. Este sistema es mucho más eficiente que las obsoletas termoeléctricas de diésel.
Me parece una política favorable al medio ambiente siempre y cuando se cumplan dos condiciones: 1) que las nuevas centrales de ciclo combinado sustituyan a las viejas termoeléctricas y 2) que en paralelo se impulse la generación de electricidad a través de energías renovables como la solar, eólica, geotérmica y minihidráulica.
El Congreso tiene pendiente la aprobación de la Ley de Transición Energética que sustituirá a la Ley de Energías Renovables de 2008 que no fue eficaz. Tiene el título de Energías Renovables, pero no las herramientas ni los incentivos y en 6 años el crecimiento de producción de electricidad por renovables ha sido prácticamente nulo.
Una combinación de generación de electricidad por gas natural y por energías renovables, será benéfica para el país. Primero porque cumpliremos la meta de generar 35% de la electricidad en 2024 por renovables y segundo, se reducirá 30% de emisiones en 2030; compromisos que como país hemos hecho ante el Panel Intergubernamental de Cambio Climático.
Además de impulsar fuertemente las energías renovables y el gas natural en sustitución de combustóleo para la generación de electricidad, me parece importante también incrementar el uso del gas natural en los servicios de las grandes ciudades.
Es prioritario la sustitución del gas LP (Licuado de Propano) por el gas natural en el uso doméstico, comercial, en el transporte público, por las grandes ventajas que representa. El gas natural se recibe a través de una red de ductos hasta un medidor en los domicilios o en un punto de venta.
Prescindir de pipas y tanques de gas significa una mejora ambiental al dejar de circular cientos de camiones. Contrario a campañas que se propalan de problemas de seguridad, sucede exactamente lo contrario; es más seguro transportar el gas natural por una red de ductos que en tanques o camiones.
El gas natural tiene un solo átomo de carbono y es más ligero que el aire a diferencia del gas LP que tiene 3 y 4 carbonos, que lo hacen más denso; ante la posibilidad de fugas, en el caso del gas natural, como es volátil se dispersa; el gas LP en cambio se acumula con un alto riesgo de explosión. Finalmente el gas natural es más barato que el LP.
Otro sector que mejoraría es el del transporte. Nosotros proponemos que en la ciudad, el transporte público emplee gas natural; Metrobús, RTP, rutas concesionadas y taxis pueden convertirse a gas natural con grandes ahorros para los transportistas; lo mismo las empresas repartidoras de insumos.
Se requiere que el gobierno con una visión realmente ambientalista, genere las condiciones para que las empresas que distribuyen gas natural en ductos puedan hacerlo hasta puntos de venta.
Lo más importante de esta medida es que se conseguiría una reducción significativa de contaminantes a la atmósfera y mejoraría la calidad del aire. Los empresarios de gas LP tienen alternativas de distribución, sólo se debe ordenar las áreas de las ciudades que tendrían uso exclusivo del combustible.
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